Llega la penúltima cita del calendario 2017, que se celebra este fin de semana en el Autódromo José Carlos Pace, en la ciudad brasileña de Sao Paulo. Este circuito ha celebrado 33 GPs, las otras diez ediciones de este Gran Premio se han celebrado en el trazado de Jacarepagua, al sudoeste de Rio de Janeiro.

El circuito de Interlagos se encuentra entre dos lagos artificiales, el Guarapiranga y el Billings y tiene una parte apretada y sinuosa combinada con zonas de alta velocidad. Sus 15 curvas son un reto complicado, a lo que se puede añadir que el circuito está a 800 metros por encima del nivel del mar. Además, junto con Austin, Singapur y Abu Dhabi, es una de los pocas pistas en las que se corre en sentido antihorario.

Es un buen lugar al que ir”, ha reconocido Kimi Raikkonen antes de enfrentarse a su 13º fin de semana en Interlagos, el trazado en el que se hizo con el título con la Scuderia en 2007. “Es diferente y viejo, es un circuito tradicional. Se trata de vueltas cortas con no tantas curvas, pero es duro realizar un tiempo por vuelta muy rápido aquí y la parrilla siempre está muy apretada. Perder una décima significa perder muchos lugares. Tampoco hay muchos circuitos en los que se vaya en dirección contraria a las agujas del reloj, así que siempre es diferente. Obviamente se ha reasfaltado muchas veces y siempre va muy bien al principio, pero luego año a año se vuelve más y más bacheado y lo hace más difícil. Cambiaron los pianos un poco, así que el circuito también se modificó un poco. De todos modos, es uno de esos trazados en el que es difícil ir rápido, incluso aunque no sea tan complicado de pilotar”, ha reconocido el finés.