Día para olvidar para Kimi Raikkonen en Malasia. El piloto finés logró colocarse en la primera fila de la parrilla de salida y tenía como objetivo emular la buena arrancada que hizo en Singapur, pero la situación dio un gran revés al salir de boxes para dirigirse a la parrilla. Raikkonen comenzó a quejarse de falta de potencia en su motor, aunque fue capaz de llegar hasta su posición de salida.

Los mecánicos de Ferrari intentaron solucionar el problema sin tener que llevar el coche a boxes, pero finalmente se vieron obligados a regresar al garaje para tratar de arreglar el fallo y permitir a Raikkonen empezar la carrera, aunque fuera desde el pit lane. A pesar del intenso trabajo, el finés tuvo que decir adiós al Gran Premio antes de poder comenzarlo.

“No sé exactamente qué ha pasado. Estoy seguro de que lo descubriremos más tarde, pero es demasiado temprano para hablar de ello. No es nada que ellos hicieran mal. El coche estaba funcionando perfectamente ayer y durante todo el fin de semana. De repente, tuvimos problemas. Es decepcionante pero no hay que culpar a nadie”, explicó Raikkonen tras abandonar.

El Gran Premio de Malasia se convierte así en un pozo de miseria para Ferrari. Después de los problemas que dejaron a Sebastian Vettel sin clasificar, otro fallo en la unidad de potencia no ha permitido a Raikkonen participar en una carrera donde podía haber luchado por la victoria. El alemán fue capaz de minimizar daños con un cuarto puesto, pero Lewis Hamilton volvió a incrementar su ventaja en el liderato del mundial.