Alegando siempre que ya se ha recuperado psicológicamente del golpe que supuso perder el mundial contra su compañero de equipo, Lewis Hamilton, el piloto alemán Nico Rosberg tiene todas sus esperanzas puestas en 2015. De hecho, el hijo del campeón del mundo de 1982 espera que las cosas dentro del box de Mercedes den una giro de 180 grados, tirando de su propio ejemplo en 2014.

"La parte buena es que el éxito en el deporte tiene vida corta", aseguraba Rosberg. "He ganado carreras por mi cuenta, así que sé que los momentos de felicidad no duran mucho en este deporte. Estoy bien de nuevo. Todo el mundo está contento en el equipo porque ha sido un año muy exitoso y Lewis se merecía ganar", analizaba hablando con Sportwoche. "Claro que al principio estaba extremadamente decepcionado y deprimido. Pero eso se me pasó rápidamente para reconocer el mérito de Lewis", puntualizó sus palabras en la charla con Auto Bild.

Y es que es curiosa la transformación de Rosberg durante el año, porque se ha convertido de villano (acusaciones de trampas en Mónaco o Spa, y respuestas en forma de abucheos en los podios) a héroe (siendo el perdedor perfecto), como confirma el jefe de este equipo, Toto Wolff.

"Para mí, fue más que deportividad. No creo que ningún otro piloto puntero se hubiera comportado de tal forma", dijo el austríaco hablando con Auto Bild. "Y creo que eso muestra muy bien su carácter".

Ahora, esa actitud de buen perdedor no tiene que ser interpretada como una posición de debilidad frente a Hamilton, porque el piloto germano es "duro como una piedra" según Wolff. Rosberg mismo dice que lo está asumiendo con "optimismo positivo".