La decisión de Alonso de abandonar la Fórmula 1 al final de la presente temporada deja una vacante muy suculenta para los pilotos de la parrilla que todavía no tiene su futuro asegurado para 2019. Recientemente, Zak Brown, presidente de la marca británica, aseguró que el próximo curso quieren contar con dos pilotos con experiencia, que puedan aportar la máxima ayuda posible a un proyecto que se encuentra en fase de reconstrucción.

Evidentemente, el movimiento de Alonso deja en muy buena posición a Carlos Sainz. Desde hace días, especialmente tras el anuncio del fichaje de Daniel Ricciardo por Renault, se ha vinculado al español con la casa inglesa. De ese modo, el compatriota de Alonso sustituiría su asiento en McLaren, aun con el futuro de Stoffel Vandoorne en el aire. Teniendo en cuenta las palabras de Brown, nombres como Lando Norris parecen directamente descartados. De hecho, el propio Brawn admitió su admiración por el piloto de 23 años.

De confirmarse la llegada de Sainz a McLaren, todo hace indicar que será Pierre Gasly quien acompañará a Max Verstappen en Red Bull. Pese a que la marca austriaca parece un destino mucho más competitivo, Sainz no tendría que soportar la presión adicional de tener al holandés como compañero, sobre el que Red Bull hace centrado casi todos sus esfuerzos desde su llegada al primer equipo. En McLaren, Sainz gozaría de cierta ‘tranquilidad’, con un proyecto en estado de regeneración que, seguro, servirá para curtirse en la pista de la zona media, unas enseñanzas que serían de gran ayuda para el futuro.

Sainz ha demostrado desde su llegada a la F1 que es digno merecedor de un coche competitivo. Resulta impensable que tras sus grandes resultados y esfuerzos en Toro Rosso y Renault se quede sin asiento. Ahora, con la salida de Alonso, esa parece una posibilidad más que improbable. El español ha mostrado capacidad de adaptación en un nuevo proyecto como el de Renault, en el que motivos ajenos a su conducción han enturbiado sus resultados en la primera mitad del año.