Carlos Sainz confirmó esta semana su debut en la cita inaugural del Mundial de Rallys (WRC), en Montecarlo. Concretamente, el piloto de Renault se estrenará en el ‘power stage’ de 13,58 kilómetros, al volante de un Renault Megane R.S. como coche de seguridad VIP para avisar a los espectadores antes de que de comienzo la etapa.

Será el primer contacto del español con los rallys, al menos a primer nivel, pues reconoce que ha practicado mucho con su padre Carlos Sainz al volante de un coche que tienen en su propia casa. Es lógica la atracción de Sainz por la grava y el asfalto. Su progenitor acaba de conseguir su segundo Dakar y ese amor por el rally se ha transmitido de padre a hijo, pues asegura que en el futuro le gustaría participar en alguno.

“Es demasiado pronto en mi carrera para ir a un rally, pero en el futuro haré algo por afición. He practicado mucho con mi padre, tenemos un coche de rally en casa, en el campo, así que hacemos muchas etapas en tierra con él, y sigo aprendiendo, afirma Sainz a Motorsport.com.

“Mi punto más débil es creer en las notas de ritmo; soy un piloto de circuito, así que tengo esa experiencia y, aunque me enseñe, es muy difícil aprender eso. En términos de habilidad, aprendí mucho de él. Hemos pilotado mucho en nieve y hielo, y algunas agradables etapas sobre asfalto”, añade.

"He practicado mucho con mi padre"

Sainz apunta también que le encantaría emular a su padre compitiendo en el Dakar, aunque entiende que todavía no dispone de las habilidades necesarias para afrontar la prueba de motor más dura del planeta.

Me apetece un Dakar, incluso aunque a mi padre no le guste por el riesgo y la dificultad. Me gusta ese tipo de aventura, sería un gran desafío para mí. No tengo ninguna habilidad de aventura y rally necesarias para el Dakar, pero me encantaría probarlo”, concluye.