Carlos Sainz ha querido quitar hierro a las tensiones vividas en Australia con su compañero de equipo Max Verstappen, quien mostró su enfado en varias ocasiones por la radio al parar el español en boxes antes que él pese a ir por detrás y, posteriormente, también por desestimar su petición de que le dejasen pasar.

La situación llegó hasta el punto de que ambos se tocaron en la penúltima curva del circuito a pocos giros del final y el holandés trompeó aunque sin perder posiciones.

Aunque Verstappen consideró lo vivido como una ‘****** broma’, Sainz ha preferido no entrar en polémicas y asegura que no hay problemas con su vecino de box.

"Creo que es una rivalidad sana. Al menos por mi parte no tengo problemas con nadie", ha señalado el madrileño, quien ha dicho que se centró en su trabajo en pista y en intentar adelantar a sus rivales mientras Verstappen pedía por radio que se apartase para poder avanzar.

"No hubo mucha comunicación por radio, no hay mucho que entender. Solo sé que estaba tras Jolyon, me dijeron que apretase y le adelanté. Entonces llegué al Williams y volaban en las rectas. Adelanté ocho o diez coches creo, así que no estaba perdiendo oportunidades de adelantamiento, solo fueron duros algunos de ellos. No es un circuito fácil para adelantar", ha argumentado.

Sobre el toque de su compañero, no le ha dado importancia al verlo como una lucha al límite de las que se buscan en Fórmula 1: "Recibí un toque por detrás, vi trompear a Max en mis retrovisores. Fue una carrera muy interesante, al límite, pero así es como debería ser la Fórmula 1. Creo que merecíamos más en cuanto a la posición final, especialmente con tantos adelantamientos. Pero disfruté mucho y creo que no debería haber problemas, al menos por mi parte", ha concluido.