La Fórmula 1 dio un paso hacia delante en 2017, yendo a la contra del concepto que se había seguido en los últimos años. Es decir, en lugar de buscar reducir la velocidad en curva de los vehículos, se buscó aumentarla, con alerones que proporcionaban más carga aerodinámica y neumáticos ostensiblemente más grandes.

En 2017 se volvieron a batir records de vuelta que llevaban intactos desde hace muchos años atrás. Y que en 2018 se volverán a batir, pues los vehículos no solo han obtenido las mejoras propias de un año de evolución, sino que además se cuenta con un compuesto de neumático más blando. Esto, unido a un nuevo reasfaltado del circuito de Montmeló, ha provocado situaciones que años atrás se creían imposibles, como el hecho de tomar la curva nueve a fondo.

Algunas curvas como la 9 de Barcelona, no te imaginas que se pueda pasar tan rápido. El cuerpo y la mente, por mucho que tú le pidas que pase afondo por ahí, siempre tienes lo que yo llamo un nervio en el pie, que tira del acelerador y no te deja pasar a fondo. Poco a poco vas ganando confianza hasta que de repente, sale de una vez por todas pasarla a fondo.”, explicaba Carlos Sainz a ‘El Confidencial’.

Vehicle, Gesture, Car, pinterest

“Siempre digo lo mismo, me gustaría subir a un amigo, a mi padre, a mi madre, a mis hermanas, sin gasolina y goma hiperblanda. La gente no se imagina lo que es y a mí se me hace imposible de explicar. No se imagina dónde podemos llegar a frenar o pasar por una curva.”, añadía Sainz, sorprendido por trazar una curva de más de 90 grados, ciega, con unas 5G de aceleración lateral y a la que llegas a unos 260 kilómetros por hora.

La curva 9 no ha sido la única que ha sorprendido a los pilotos esta temporada. También lo ha hecho el primer sector, tras la frenada al final de recta, donde se va a fondo enlazando curvas hasta la curva cuatro, poniendo el físico a prueba. Esto el cuello lo va a notar. Una persona normal lo aguanta una vez, no las 60 vueltas de una carrera, porque son entre 5 o 6 G durante tres o cuatro segundos. Lo que sientes es un enorme desgaste físico cada vez que pasas por ahí, vuelta tras vuelta.”

Los pilotos ya han avisado, y ahora solo queda comprobar cómo se adaptan a esta situación y cómo puede influir en el devenir de una carrera el desgaste físico al que se pueden enfrentar los pilotos con unos vehículos que en principio se van a comportar de manera más crítica.