La clasificación del campeonato de constructores sufrió un cambio tras la última carrera de la temporada, la última antes del parón veraniego. La sexta posición lograda por Fernando Alonso en Hungría permitió a McLaren abandonar la última posición, algo vergonzoso para un equipo del presupuesto del histórico británico.

Dicha última posición volvió a ser ocupada por Sauber, en la actualidad, el equipo más modesto de la parrilla, el único con un motor con especificaciones de 2016, y que, para colmo de males, sufre momentos delicados a nivel político que han implicado la salida y llegada de nombres importantes en la cúpula del equipo. Pese a todo, el equipo ha conseguido anotar cinco puntos en manos de Pascal Wehrlein, destacando la octava posición del Gran Premio de España.

Pese a la dificultad para competir con el resto de la parrilla y la imposibilidad de alcanzar a McLaren en la clasificación de constructores o incluso a Renault o Haas, los siguientes en la lista con 26 y 29 puntos, Sauber ha seguido trabajando en el vehículo para lograr mayor competitividad, lo que se ha traducido en implementación de mejoras para las dos próximas carreras, la de Spa-Francorchamps y la de Monza, siendo ésta última la más particular del campeonato a nivel aerodinámico.

Las mejoras se centran especialmente en un nuevo suelo, la pieza que, a pesar de su sencilla apariencia, se ha mostrado en los últimos años como fundamental, pudiendo suponer un gran salto de calidad. Además, se acompañará de un nuevo pack aerodinámico, del que ha llamado la atención un nuevo y más estilizado soporte del T-wing.