Marcus Ericsson puede estar bien agradecido a las efectivas medidas de seguridad que garantizan la integridad de los pilotos de Fórmula 1. El piloto sueco protagonizó la imagen del día durante los Libres 2 y, posiblemente, uno de los accidentes más fuertes de toda la temporada. El de Sauber perdió el control de su monoplaza al final de recta principal, a casi 350 km/h. El DRS quedó abierto en el momento de la frenada y esto desestabilizó el vehículo.

En consecuencia, el coche impactó con agresividad contra las protecciones, destrozando los carteles que marcan la distancia de frenado hasta la primera curva de Monza. El Sauber dio varias vueltas de campana, perdiendo infinidad de componentes hasta finalmente quedar detenido. Ericsson estaba completamente desorientado tras el grave accidente: “No sé qué ha pasado pero estoy bien”, comunicó a su equipo por radio.

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El sueco salió del monoplaza por su propio pie y el equipo confirmaría poco después que estaba en perfectas condiciones pese a la aparatosidad del accidente. Sauber también tuvo problemas con el sistema DRS del coche de Charles Leclerc, por lo que ha sido un error por defecto para ambos monoplazas.

La sesión terminó con dominio de Ferrari, liderado por Sebastian Vettel. El equipo italiano vuelve a ser la candidata a la victoria, esta vez en casa, por lo que el júbilo de los ‘tiffosi’ al término de la sesión era perfectamente comprensible. Mercedes se ha situado ligeramente por detrás. ¿Conseguirán revertir la situación a lo largo del fin de semana?