La parrilla actual de la Fórmula 1 está claramente dividida en dos grupos. Hay tres equipos punteros que se reparten las primeras posiciones y son los que estarán luchando por podios y victorias carrera tras carrera esta temporada: Mercedes, Ferrari y Red Bull. Por detrás de ellos se encuentran en el resto de los equipos, existiendo una brecha que les resulta muy complicada de cerrar.

La gran diferencia existente en la inversión monetaria que pueden permitirse los equipos punteros en comparación al resto de la parrilla supone una barrera que impide que todas las escuderías tengan un rendimiento similar. El dominio impuesto por Mercedes desde el comienzo de la era híbrida ha puntualizado esta situación que dificulta ver una variedad de equipos en el podio.

Otra muestra de este problema se encuentra entre los debutantes de este año. George Russell, vigente campeón de la Fórmula 2, tendrá previsiblemente un monoplaza poco competitivo en Williams. El británico tiene muchas posibilidades de no poder luchar cara a cara con Lando Norris y Alex Albon, sus dos principales rivales en la categoría inmediatamente inferior a la Fórmula 1.

A la hora de ofrecer sus predicciones sobre la batalla entre los novatos, Jean Todt ejemplificó esta dependencia del rendimiento del monoplaza mencionando a Lewis Hamilton. “Depende del coche que tengan. No es cuestión de ser un joven piloto, es cuestión de tener un buen coche. Si tienen un buen coche, serán competitivos. Si no, estarán detrás”, declaró el presidente de la FIA en el Salón de Ginebra.

“Es algo que se tendría que entender: un piloto no hará nada sin un coche competitivo. Hamilton no sería campeón con el peor coche de la parrilla, ni siquiera podría hacer una pole. Hay gente que decidió irse de la Fórmula 1, como Alonso, porque no podía tener un coche ganador”, añadió Todt.