Y Toro Rosso está de enhorabuena. El segundo equipo de la bebida energética no dudó en descorchar las botellas de champán para celebrar uno de los puntos básicos de la temporada, que no es otro que la aprobación del ‘crash-test’, que, si bien es un trámite a cumplir, no sería la primera vez que los equipos se dan una y otra vez contra un muro (casi literalmente) que acaba generando un gran retraso.

La celebración no obstante llega tras la marcha de dos empleados del equipo de cierta sensibilidad, como es el que hasta la fecha había sido el jefe de aerodinámica del equipo, Brendan Gilhome, y de uno de sus ingenieros de pista, Marco Matassa.

Mattasa, ligado a Carlos Sainz desde que el español llegó al equipo, será ahora el encargado de gestionar la Ferrari Driver Academy, lugar al que van los pilotos más jóvenes que han llamado la atención del equipo de Maranello. En cuanto a Gilhome, su destino es aún desconocido.

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