Mercedes estrenó en Francia una actualización de su unidad de potencia. Lo hizo con retraso, pues esperaban tenerla lista en Canadá, lo que le hubiera dado cierta ventaja competitiva gracias a sus largas rectas, pero un problema en la producción, retrasó el estreno.

Toto Wolff acabó bendiciendo el retraso, pues les permitió sacar algo más de rendimiento al motor que finalmente montaron los seis vehículos con motor alemán durante el último Gran Premio. Todo parecía ir sobre ruedas, hasta que durante el transcurso de la carrera, Sergio Pérez de vio obligado a abandonar tras detectar varios sensores serios problemas.

Al preguntar por radio, a Pérez le explicaron que habían detectado un problema en el motor, lo que hizo que la preocupación aumentara exponencialmente en los equipos Mercedes, y especialmente en el fabricante, encabezado por Toto Wolff, que puso mucho interés en el problema.

Tras las primeras pesquisas, Toto ha acabado aliviado. “Lo cierto es que nos quedamos bastante preocupados, porque con una nueva unidad de potencia, siempre hay que ser muy cuidadoso y revisarlo todo. Si una de las seis unidades de potencia tiene un problema, obviamente prestas mucha más atención. Pero entendimos que fue una pérdida de presión hidráulica.”