El Gran Premio de Bahréin ha dejado a un feliz debutante Stoffel Vandoorne, a pesar de que probablemente, tendrá que devolver su asiento a Fernando Alonso en China. El belga, muy valorado, campeón de la GP2, se estrenó en Sakhir, después de que los médicos no le dieran el visto bueno para correr al español.

"Por supuesto, estoy muy contento con el fin de semana", ha señalado Vandoorne para el diario belga La Derniere Heure. "Pude demostrar que era más que capaz de conducir un coche de Fórmula 1. Todo fue como lo quería", ha añadido Vandoorne. "Mostré mi velocidad, mi espíritu de lucha y también mi fiabilidad a pesar de que sólo descubrí el coche el viernes por la mañana", ha asegurado.

También reveló que su debut no pasó desapercibido para la comunidad de la F1 en general. "He recibido muchos mensajes de felicitación", ha apuntado Vandoorne. "Pero lo más importante es que he dado una buena impresión al equipo. Ellos saben que pueden contar conmigo. No sé si voy a tener otra oportunidad, pero espero que mi trabajo durante todo el fin de semana, vaya a animar al equipo a utilizar mis servicios en el futuro", ha comentado.

Otro joven que dejó huella en Bahrein e impresionó, sin duda, fue el piloto respaldado por Mercedes, Pascal Wehrlein, que se lució en la clasificación a bordo de su Manor Racing, captó la atención de la realización también en la carrera.

"Definitivamente voy a tener que ver la repetición, pues he oído que estuve muy a menudo en la pantalla", ha afirmado el alemán. "El hecho de que hemos sido capaces de superar a los Force India y los Sauber, fue increíble y muy divertido", ha admitido Wehrlein para la Sky alemana.