La Fórmula 1 introducirá importantes cambios en la normativa técnica la próxima temporada con el objetivo de mejorar los adelantamientos, una de las asignaturas pendientes que queda con la reglamentación actual. La principal novedad de la normativa está en el diseño de los alerones delanteros, que serán más simples y su anchura máxima se incrementará en dos metros.

Aunque con estos cambios se pretende que los coches puedan seguirse unos a otros, algo que se ha vuelto una tarea realmente complicada con los monoplazas actuales, Max Verstappen no está convencido de que las modificaciones tengan un impacto significativo en las carreras. Además, considera que los cambios tendrán un efecto negativo en la estética de los coches.

“Los cambios ayudarán un poco, pero por lo que estoy leyendo el año que viene tendremos un nivel de carga aerodinámica similar al de esta temporada. Creo que los beneficios serán limitados. Los coches serán algo más feos, pero quizás el diseño se retoque antes de la próxima temporada”, comentó Verstappen en una entrevista publicada en su sitio web oficial.

Estas modificaciones en la normativa técnica permitirán que el DRS tenga un mayor efecto. Con respecto al polémico sistema de ayuda a los adelantamientos, Verstappen considera que a veces es necesario contar con ello. “Preferiría no tener DRS, ya que es algo mucho más natural y mejor para los aficionados, pero en algunos circuitos no puedes llegar a otros pilotos. El ‘push to pass’ es otra opción, pero no creo que sea suficiente para reemplazar al DRS actual”, manifestó.

Aunque los monoplazas actuales han permitido batir numerosos récords de pista, Verstappen admite que le gustaría poder luchar cuerpo a cuerpo con otros pilotos más a menudo. “No necesito romper récords. Es genial tener un coche con un paso por curva muy rápido, pero no hay una buena carrera si no se puede alcanzar a otro. Se necesita un equilibrio entre ambas cosas. Tampoco es bueno pilotar un coche que no tiene agarre y en eso los actuales son mil veces mejores”, señaló.