Lewis Hamilton no ha tenido un camino de rosas para ganar el Gran Premio de Mónaco. El piloto británico se las ha visto en la pista con Max Verstappen durante prácticamente la mitad de carrera. El inglés se quejó por el creciente graning en sus neumáticos. El cinco veces campeón del mundo no lograba abrir hueco con su rival y el nerviosismo comenzaba a hacer mella en la cabeza del piloto de Mercedes.

"Ha sido mi carrera más difícil. Estaba tratando de mantenerme con el espíritu de Niki. Ha sido como tener una influencia en el equipo y sé que su voluntad estará fuera y se quitará el sombrero. Traté de concentrarme para hacerlo sentir orgulloso de que haya sido el objetivo toda la semana y realmente lo extrañamos. No había pilotado con neumáticos tan vacíos desde 2009 cuando McLaren me dejó en Shanghái por tanto tiempo. Aquí hay mucha gente y espero que no haya sido aburrido", explica el inglés.

"Estaba cerca, pero fue un ataque tardío de Max"

Vertappen lo intentó a falta de cinco vueltas. El holandés lanzó la ofensiva en la frenada a la salida del túnel, aunque con cierta precipitación. El piloto de Red Bull se fue largo e impactó llanta con llanta contra uno de los neumáticos de Hamilton. El británico tuvo los reflejos suficientes para minimizar el incidente y poder continuar, ambos, en carrera sin mayores problemas.

Verstappen no tiró la toalla, aunque Hamilton tenía la situación controlado. El inglés cruzó la bandera a cuadros en primer lugar para sumar un sufridísima victoria en Mónaco. "Estaba cerca, fue un ataque tardío de Max, por suerte lo vi en el último minuto, creo que su alerón delantero estaba al lado de mi rueda trasera, tenía miedo de que no me quedaran neumáticos", concluye.