Hubo que esperar hasta los terceros entrenamientos libres de este Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 para ver un error grave de pilotaje en alguno de los 20 hombres que sujetan el volante de uno de estos rapidísimos monoplazas.

Lo que no era tan esperable es que en una parrilla con monoplazas muy complicados de pilotar así como con pilotos de muy corta experiencia en este trazado tan complicado, el primer accidente lo sufriese un cuatro veces campeón del mundo y favorito a conseguir la pole position. Pero fue Sebastian Vettel y no otro el que inauguró este casillero de dudoso honor.

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El piloto de Ferrari acababa de completar su séptima vuelta cuando llegó a la famosa frenada de Santa Devota, que irónicamente es uno de los pocos puntos del circuito que cuenta con una escapatoria. Vettel bloqueó los neumáticos delanteros e intentó meter el coche en la curva, en lugar de tirar recto hacia la escapatoria empedrada.

El espacio se acabó y el alemán acabó impactando contra las protecciones, no a gran velocidad, pero sí suficiente como para destrozar la parte delantera del vehículo, poniendo fin a su participación en la sesión, ya que el vehículo queda bloqueado en la parte contraria a los boxes.

Mientras Vettel se maldecía por su error, los aficionados rápidamente recordaban la temporada 2010, en la que un inocente accidente de Alonso en los terceros entrenamientos libres provocó un cambio de chasis que impidió lo que apuntaba a una más que posible victoria. En esta ocasión, los daños no parecen tan severos, pero por el contrario, Ferrari no parte como favorita para esta posición de privilegio.

Desde el equipo han apuntado a daños menores que no hacen temer por la presencia de Vettel en la mencionada sesión de clasificación.