Sesión de clasificación para olvidar para Sebastian Vettel. El piloto de Ferrari no pudo tomar parte en la Q3 del Gran Premio de Austria por un problema con la línea de alimentación neumática del motor. Los mecánicos desmontaron el capó y trataron de solucionar el contratiempo pero no contaron con el tiempo necesario para lograrlo.

“No estoy enfadado. No creo que tenga motivos para estarlo. No es culpa de nadie. Se ha roto algo que no debería haberse roto y debemos entender por qué. Un día así duele porque el coche era bueno. Desde ayer reaccionamos y encontré ritmo. Me estaba preparando para el siguiente intento en Q2 y Q3, pero no llegó”, explica.

Al otro lado del box, las emociones eran muy distintas. Segunda pole del año para Charles Leclerc, quien salvó los muebles en un día de luces y sombras para la escudería italiana. El alemán se alegra del resultado de su compañero.

“Estoy feliz por el equipo. Es importante que el otro Ferrari haya ido bien y que Charles esté en la pole. Esperamos una buena oportunidad. Estamos entre los diez primeros y mañana espero acercarme lo máximo posible”, concluye.