Normalmente, cuando un piloto comienza a dar sus primeros pasos en el mundo del motorsport, siempre tiene un ídolo, una figura de referencia a la que sigue, contempla y admira en todo momento y lugar. Si se le pregunta a ese joven chico casisiempre te dirá que su sueño es ser como su ídolo, hacer lo que él hizo y estar donde él estuvo. Pero al final, por desgracia, el camino va siendo cada vez más complicado y muy pocos chicos consiguen hacer realidad los sueños que un día tuvieron.

En los comienzos del siglo, en Alemania había una figura de referencia, una referencia nacional, el alemán Michael Schumacher. Verle ganar carreras y campeonatos con su Ferrari era lo más habitual. Para los chicos que empezaban en aquellos días su trayectoria, un sueño predominaba en casi todos ellos, ser ellos los protagonistas, poder hacer lo que hacía su idolo, ser campeón del mundo de Formula 1. Uno de ellos, es el nuevo piloto de Ferrari Sebastian Vettel, una persona que va a tener la oportunidad de poder hacer realidad sus sueños de infancia, volver a hacer realidad lo que hizo Michael. Después de un periodo ganador en la escudería Red Bull, con cuatro títulos en su palmarés, ha llegado el momento de vestirse de rojo y de emular lo que Michael hizo en su momento.

Pero esta historia no empieza aquí, ni mucho menos. La historia viene de lejos, del 2008 para ser exactos. En aquella época el entonces piloto de Toro Rosso, con motorización Ferrari, realizó sus primeras visitas a la fábrica de Maranello, el hogar de sus sueños, e incluso tuvo el privilegio de vencer en el Gran Premio de Italia, delante de los tifossi de Ferrari, con un motor Ferrari.

Una vez en Ferrari, su nuevo piloto explica la historia de cómo empezó a ser realidad lo que un día fue un sueño: "Cuando llegué a Toro Rosso, tuve la oportunidad de saludar a Stefano Domenicali y a los técnicos de Ferrari que cuidaban mi motor. Con Stefano, comenzando en 2008 cuando estaba en Red Bull, discutimos sobre la posibilidad de un futuro en Ferrari para mí. En 2010 hubo otra aproximación, pero de nuevo nada sobre el papel. En el invierno de 2013 incluso fui en secreto a Maranello para reunirme con Montezemolo y hablar sobre este tema", dijo.

El alemán indicó que, a pesar de los cambios que se produjeron durante el pasado año en la dirección del equipo italiano, su situación no había cambiado y que las opciones de acabar vestido de rojo seguían en pie.

"Cuando Domenicalli se había ido y los contactos seguían, me reuní con Marco Mattiacci y hablamos con Montezemolo de nuevo. Pero en este punto tanto Montezemolo como Mattiacci abandonaron la escena también. Las conversaciones siguieron de todos modos y pregunté a la manager de Schumacher, Sabine Kehm, su opinión. Desafortunadamente no pude volver a hablar con Michael", confesó.

Vettel tuvo la oportunidad de hablar con Michael en diferentes ocasiones antes de su trágico accidente, una opinión sin duda muy valiosa para él de cara a tomar la decisión: "Hace tiempo hablé con él sobre la posibilidad que me había ofrecido Stefano Domenicalli. Yo le dije que me sentía honrado y que él me comentó que si hubiera aceptado habría encontrado un gran ambiente y entusiasmo en Maranello. Era un sueño para mí. Ahora estoy muy contento dentro del equipo", concluyó.