Más de hora y media de carrera en condiciones muy adversas, con mucho calor y altísima humedad, suficiente para caer en una máxima relajación una vez se ve la bandera a cuadros, algo que no debería suceder en pos de evitar situaciones como la que precisamente se ha dado, con un choque evitable entre Sebastian Vettel y Lance Stroll que afortunadamente no ha ido a mayores más allá de los destrozos materiales.
Lance Stroll marchaba a baja velocidad, recogiendo virutas de goma cuando cambió ligeramente la trayectoria para ir al exterior de la curva, justo en el momento en el que estaba siendo adelantado por Sebastian Vettel. Aunque por ejemplo en periodos de bandera roja, el adelantar está prohibido, a final de carrera la normativa es diferente y se puede adelantar maximizando las precauciones, algo que definitivamente no ha pasado.
Stroll impactó con el vehículo de Vettel que acabó trompeado tras romper la suspensión trasera, perdiendo el control del vehículo en una zona donde afortunadamente no había comisarios a pie de pista, como en otras zonas del circuito. Vettel no tardó en acusar por radio a Stroll y Stroll a hacer lo propio contra Vettel.
Dirección de carrera tomó cartas en el asunto, iniciando una investigación que cerró poco más tarde sin señalar a ningún culpable. Según la toma puede parecer más culpa de uno o de otro, pero lo que no tiene sentido es que una maniobra peligrosa quede sin un culpable, como si fuese un incidente de carrera, como cosas que pasan.
Falta ver las consecuencias del golpe. El vehículo de Vettel no llegó a parque cerrado y se cree muy probable que tenga que cambiar la caja de cambios, lo que conlleva una sanción al haber terminado la carrera. También llamó la atención ver a Pascal Wehrlein recogiendo a Vettel en pista, en una maniobra que la FIA se esforzó que no se repitiera. Tendremos más noticias de este incidente a lo largo de la semana, seguro.
