Toto Wolff, jefe de Mercedes, ha salido al paso para explicar por qué los alemanes no han proporcionado las últimas evoluciones de la unidad de potencia a sus clientes.

La razón no reside en que pretendan tener una clara ventaja competitiva sobre sus clientes, sino que es una cuestión de fiabilidad que no quieren que afecte a los resultados de otro equipo que no sea el de fábrica.

Wolff explica que es arriesgado construir suficientes motores para abastecer a sus clientes en el caso de esta especificación, que aún está en fase de desarrollo, pues su objetivo es tratarlos con igualdad y darles motores significaría construir dos por cliente.

"Habéis visto lo que ocurrió en Singapur y Monza y las demás carreras", ha comentado el austríaco a Motorsport.com.

"La decisión que tomamos fue hacer un ejercicio de investigación y desarrollo para aprender de cara al próximo año, y esto no lo puedes hacer con un cliente porque puedes provocar que abandonen", ha proseguido.

"Si eliges el camino del desarrollo, no puedes construir ocho motores porque podría darse el caso de que se siguiese una mala dirección. Es tan simple como esto, puedo asegurar que aquel motor no era ningún milagro, no es ninguna maravilla de motor. Estamos muy por delante de Williams pero ya lo estábamos antes", ha concluido.