Lewis Hamilton nunca ha escondido su amor por las motos. Resulta habitual ver al cinco veces campeón del mundo de Fórmula 1 llegar al circuito a los mandos de una espectacular montura. De hecho, el británico es actualmente embajador de MV Agusta y un modelo de edición de la marca italiana lleva su nombre: F4 LH 44.

Hamilton pudo demostrar su habilidad al manillar de una moto de competición durante un test privado que tuvo lugar en Jerez con una Superbike. El británico se subió a una Yamaha YZF-R1 de las que utiliza el equipo de fábrica de la marca japonesa en el mundial de Superbikes, teniendo a Alex Lowes y Michael van der Mark como asesores.

La jornada de pruebas de Hamilton no tuvo exenta de percances, pues sufrió una pequeña caída en la curva 7 del circuito. No hubo que lamentar ningún tipo de lesiones y el británico pudo volver a la actividad inmediatamente, pero seguramente Toto Wolff se llevó un buen susto cuando se enteró de que su piloto se había caído probando una Superbike.

El director de Mercedes admite que desconocía los planes de Hamilton de hacer un test con una moto de competición. “Cuando salieron las noticias, intenté llamarle en vano. Así que llamé a uno de los tres ingenieros que estaban con él. ‘¿Dónde estáis?’, ‘Eh, estamos en un circuito’, ‘¿Estáis los tres montando en moto, entonces?, ‘Sí, pero… Ya hemos terminado’.’”, explicó a La Gazzetta dello Sport .

A pesar de que Hamilton no le avisó sobre sus intenciones, incluso después de sufrir una caída que pudo haber puesto en peligro su preparación para 2019, Wolff afirma que no se lo tomó a mal y que se rieron de ello más tarde. Nos echamos unas buenas risas, pero… ¡Está claro que no le voy a regalar una moto por Navidad!, bromeó.