Cualquiera que haya prestado atención al circuito de Daytona se ha podido percatar de que se trata de un trióvalo, un óvalo con tres curvas diferenciadas, en una de las cuales se posiciona la línea de meta y salida.

Y si en una carrera clásica estamos acostumbrados a ver a los ingenieros sacar el tablón fuera del muro para dar información al piloto, que además sirve como sistema de comunicación de emergencia por si la radio falla, en Daytona se hace inviable, pues el muro de ingenieros está muy alejado de la zona por donde pasan los pilotos.

Por este motivo, los equipos deben buscar alternativas con las que comunicarse con los pilotos en caso de que el sistema primario falle, pues la comunicación es más más que esencial en las carreras de resistencia.

Precisamente Porsche estuvo ensayando en la práctica nocturna el mejor lugar donde colocarse, tal y como apreció un aficionado, que no dudó en preguntar a la propia Porsche por qué una persona no paraba de cambiar de sitio con un tablón de tiempos en un lugar tan alejado del circuito.

Porsche contestó que buscaban la zona idónea de visibilidad, mientras que Laurens Vanthoor, el piloto, reconoció que le llevó hasta tres vueltas encontrar su tablilla. Ahora, el piloto ya sabe dónde buscar la información. Pequeños detalles que en carreras tan importantes como las 24 horas de Daytona pueden resultar fundamentales y que los grandes equipos se cuidan de dejar en el aire.

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Sergio Martínez

Experto en Fórmula 1 y Motorsport, especializado en el mundo de las carreras y la competición a motor, la cual lleva cubriendo más de una década en diferentes medios del sector. Obsesionado de las categorías de formación y desconfiado por naturaleza de todo lo que le cuentan.