Estamos más o menos habituados a ver auténticos supercars en rallyes o pruebas de subida a montaña, pero hemos de confesar que este Alfa Romeo 4C by Picchio ha logrado cautivarnos. Realizado en exclusiva para el piloto Marco Gramenzi, participa en el Campeonato Italiano de Subida a Montaña y cuenta con distintas modificaciones en su carrocería, su chasis y su mecánica que le hacen único.

Los chicos de Picchio Racing han aprovechado el monocasco de fibra de carbono del Alfa 4C para crear un bólido de gran rigidez y ligereza, ampliando su batalla en 3 centímetros y manteniendo el motor en posición central trasera. Sí, hablamos del famoso bloque de 1.75 litros que tras una serie de reformas en su electrónica, su sistema de turboalimentación y su escape, entrega nada menos que 600 caballos de potencia y 580 Nm de par máximo. Una caja de cambios secuencial Hewland TMT-200 se encarga de trasladar todo esta fuerza a las ruedas traseras.

Un kit aerodinámico completo, con splitter delantero, alerón y difusor de aire de enormes dimensiones permite que el Alfa 4C de 600 caballos se mantenga pegado al asfalto en las subidas, pero los especialistas también han modificado la suspensión, añadiendo una de tipo push-rod similar a la que emplean los monoplazas de carreras y montando unos neumáticos slicks sobre las llantas, de sólo 13 pulgadas.

El 4C de 600 CV debutó en el Trofeo Vallecomoncia, pero a partir de ahora lo veremos competir en muchas más pruebas. Dichosos los aficionados italianos que podrán verlo en vivo y en directo. Nosotros, nos conformamos con hacerlo a través del vídeo.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.