Las 500 Millas de Indianápolis cuentan con varias tradiciones que se han mantenido a lo largo de los años. Una de las más emblemáticas es la imagen del vencedor de la carrera bebiendo leche en la ‘Victory Lane’ tras la carrera. Esta tradición comenzó cuando Louis Meyer, acostumbrado a beber leche fría para refrescarse en días de calor, hizo lo propio tras hacerse con el triunfo en la edición de 1936.

Esta costumbre no se mantuvo en los años siguientes, pero la leche regresó como ritual a partir de 1956 y diversas marcas han participado en la recompensa económica derivada de la victoria. Desde entonces, solo en una ocasión no se siguió con esta tradición. En 1993, Emerson Fittipaldi bebió su propio zumo de naranja para publicitar sus cultivos cítricos, causando así la furia de los aficionados. El brasileño tomaría un sorbo de leche más tarde obligado por el propietario del equipo, Roger Penske.

Los pilotos participantes en la prueba eligen con anterioridad el tipo de leche que prefieren beber entre entera, desnatada o 2% (semidesnatada). La lista de preferencias no suele decantarse por una opción, sino que generalmente muestra una gran diversidad de elecciones. Por ejemplo, Fernando Alonso ha elegido la leche semidesnatada y Oriol Servià la entera.

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