El circuito de Sepang albergó una primera tanda de test de pretemporada de MotoGP que tuvo como protagonista a Jorge Lorenzo. El piloto mallorquín mandó un aviso a sus rivales rodando por debajo del récord del circuito y marcó un crono de 1’58’’830 durante la última jornada de pruebas en el trazado malasio que fue el tiempo más rápido de los tres días de test y demostró una buena adaptación a la Ducati de 2018.
Si bien Lorenzo logró el tiempo aprovechando las mejores condiciones de pista que hubo durante las primeras horas de la jornada, lo cierto es que se necesita una buena moto y unas sensaciones positivas para poder rodar bajando el récord del circuito. Ducati ha desarrollado una moto que mantiene sus puntos fuertes (aceleración, potencia y frenada) a la vez que permite al mallorquín aprovechar una de sus principales fortalezas: el paso por curva.
Lorenzo pasó su primera temporada en la estructura italiana adaptando su estilo de pilotaje a la agresividad de la moto, pero este año está dispuesto a luchar por dar a Ducati su primer título mundial desde el triunfo de Casey Stoner en 2017. Al igual que Lorenzo, Andrea Dovizioso también se mostró satisfecho con el nuevo chasis que la marca probó en Sepang y las buenas sensaciones se certificaron con el sorprendente rendimiento de Jack Miller en la GP17 de Pramac. Lorenzo y Dovizioso aspiran a rematar una faena que el año pasado solo Marc Márquez pudo impedir.
El vigente campeón del mundo y Dani Pedrosa aprovecharon los test de Sepang para evaluar el nuevo motor de Honda. La marca japonesa llevó al circuito tres unidades diferentes: el motor de 2017, el que probaron en los test de Valencia en noviembre y otra especificación. Los dos pilotos de HRC y Cal Crutchlow admitieron sentirse contentos con la versión más reciente del motor aunque todavía tienen que trabajar en la electrónica de la moto para controlar la agresividad de la unidad.
Yamaha parecía haber encontrado el camino correcto con la moto de 2018 tras encabezar la tabla de tiempos del segundo día de test, pero la última jornada dejó muchas incógnitas para Valentino Rossi y Maverick Viñales. Aunque han logrado controlar el excesivo desgaste de los neumáticos que tanto les lastró en la segunda mitad de la pasada temporada, ambos fueron incapaces de batir sus tiempos del día anterior cuando gran parte de la parrilla lograron sus mejores registros de los test sin encontrar una explicación, una situación nada cómoda para el italiano y el catalán.
El ritmo de Johann Zarco durante las simulaciones de carrera que tuvieron lugar por la tarde, con condiciones más acordes a las que se encontrarán el fin de semana de Gran Premio, fue uno de los mejores. El francés probó el chasis de Yamaha de 2017 durante los dos primeros días de test y se quejó de la falta de agarre. Zarco prefirió rodar con el chasis de 2016 en la última jornada, el cual le dio mejores sensaciones, y decidió que continuaría usándolo en los siguientes test en lugar de la versión de 2017 que tantos problemas dio a los pilotos de fábrica.
En cuanto al resto de fabricantes, Suzuki parece que ha encontrado en su nuevo motor más potente y en un nuevo chasis la solución a sus dificultades de la pasada temporada. Aprilia cumplió con su objetivo de desarrollar un nuevo chasis que permitiera seguir girando al soltar los frenos de la moto, pero el motor sigue siendo uno de los puntos débiles de la marca italiana. KTM intentará continuar con el espectacular progreso mostrado durante su primera temporada en MotoGP, pero en Sepang sus pilotos se quedaron a una distancia mayor de la que se esperaban.
La próxima tanda de test de MotoGP tendrá lugar en el circuito de Buriram. Los equipos y los pilotos tendrán la oportunidad de familiarizarse con el trazado tailandés de cara a la celebración del Gran Premio en octubre a la vez que se probarán las actualizaciones y piezas que llevarán a la pista para continuar con sus programas de desarrollo de cara a una temporada donde la igualdad entre marcas hará que cada décima que se encuentre sea clave en el campeonato.
