En Stuttgart continúan haciendo historia con su bólido híbrido más sofisticado de todos los tiempos, un Porsche 919 Hybrid Evo que, liberado de las exigencias propias de la homologación FIA para la categoría LMP1 del WEC, está demostrando ser una máquina de récord.
Dentro de la gira denominada #919Tribute con la que la marca rinde homenaje a este modelo en su primera campaña fuera de la competición, el 919 Hybrid se posicionó a principios de abril como el coche más rápido de cuantos han rodado nunca en Spa-Francorchamps –por delante de los Fórmula 1 modernos– y ahora, sólo unos meses después se ha desmarcado con otro récord absoluto al menos tan espectacular como aquel: el del viejo Nürburgring-Nordschleife.
Lugar de peregrinaje para los aficionados al motor de todo el mundo y pista de referencia por antonomasia a la hora medir el rendimiento de los coches, el denominado Infierno Verde ofrece en sus 20,832 kilómetros de longitud un completo repertorio de curvas lentas, rápidas, cambios de rasante, rapidísimas rectas y numerosas ‘trampas’ que le han valido el apelativo de ‘Infierno Verde’.
El mejor registro logrado en esta pista alemana estaba cifrado en 6 minutos, 11 segundos y 13 décimas a cargo de Stefan Bellof con un Porsche 956 C en 1983. Ahora ha quedado literalmente pulverizado gracias a la vuelta de Timo Bernhard con el Porsche 919 Hybrid Evo. Recordemos que Bernhard es piloto oficial Porsche y triple ganador de las 24 Horas de Le Mans entre 2017 y 2017 de forma consecutiva. Hoy ha vuelto a hacer historia firmando con su nombre un tiempo de 5:19.546 que ya figura como récord de Nürburgring.
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