Siempre que se habla de coches blindados, pensamos en una berlina de representación, utilizada por algún importante funcionario o algún alto responsable empresarial. Mercedes-Benz ofrece un completo servicio de blindaje en sus coches, que se lleva a cabo en la división Mercedes Guard, una fábrica que la marca alemana posee en la localidad de Tuscaloosa (Alabama) en los EEUU.

Hasta hace poco la actividad se centraba en el Clase S y el indestructible y casi militar Clase G, modelos habituales en las caravanas presidenciales o en los países de mayor inestabilidad política. El Clase E pasó a ser dotado de la preparación blindada en 2009 y, ahora, le ha llegado el turno al Clase M para sumarse a este especial "acabado" Guard.

El tratamiento de blindaje no es nada sencillo, ya que la preparación no sólo atañe a la carrocería. La propia estructura, los bajos, lunetas, techo o paneles ignífugos permiten al Mercedes resistir ataques con munición Magnum 357 e incluso explosiones de granadas de mano.

Unas llantas especiales de 20 pulgadas permiten montar neumáticos que pueden rodar sin aire y la amortiguación neumática recibe un reglaje específico, ya que el aumento de peso que suponen todos estos elementos puede alcanzar los 2.800 kilos en el caso de un ML por ejemplo.

En el nuevo ML blindado puede optarse a dos motores, un V6 Diesel de 258 caballos y un V8 de gasolina con 408 caballos. Su velocidad está limitada en ambos casos a 210 kilómetros por hora y los precios de ambos vehículos especiales suben respectivamente hasta los 105.000 y 119.000 euros, que muchos clientes en el mundo pagan gustosos en bien de su seguridad.

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