El RACE afirma que, con el cambio de horario de verano a invierno, las muertes en carretera aumentan hasta en un 50%. Sin duda un dato para la reflexión que nos ha llevado a plantearnos una manera de resumir los consejos de conducción más útiles para el invierno. Los hemos condensado en estos“10 mandamientos para una conducción segura”. Además de andar pendientes del abrigo y del resto de complementos que nos protegen del frío, el mal tiempo también exige que tengamos el coche a punto y que nuestra conducta al volante sea mejor.

1. LLUVIA: COMPAÑERA DE VIAJE

La lluvia es el factor climatológico que provoca más accidentes. Es esencial cuando llueve revisar los neumáticos y comprobar que tengan una profundidad mínima, por encima de los 1,6 milímetros, aunque lo ideal sería que no bajasen de los dos. ¿Y por qué esto es tan importante? Cuando el dibujo no es capaz de evacuar todo el agua, se produce aquaplaning, un efecto que conlleva una pérdida de control del vehículo. Para evitar llegar a este punto, también es imprescindible conducir de forma suave: aceleraciones lineales y giros de volante progresivos. Además, debemos dosificar el freno, sobre todo, cuando se atraviesan charcos de gran tamaño.

Por último, sepárate del vehículo precedente si el ritmo de circulación es bueno –no hay retenciones– porque se produce un efecto spray que dificulta la visión. Tal y como recomienda el Comisariado Europeo del Automóvil, la distancia de seguridad tiene un valor doble conduciendo con lluvia: permite mejorar nuestra visibilidad y afrontar las frenadas de emergencia con mayores garantías. Aparte, no olvides sustituir los 'limpias' siempre y cuando la goma de los mismos deje rastro en el cristal –cuesta unos 30 euros el conjunto de dos delanteros y un trasero en tiendas como Aurgi, Norauto o Midas–.

2 NIEVE: CADA VEZ MÁS IMPREVISTA

Las cadenas son compañeras de viaje imprescindibles para quienes vayan a circular por zonas con más de 900 metros de altitud sobre el nivel del mar. Si ya ha nevado, habrá que instalarlas antes de subirse al coche si no, no lo hagas hasta que notes que el coche pierde tracción -le cuesta ganar velocidad- o la dirección va demasiado suelta. Aconsejamos esto porque hay conductores que marchan con ellas puestas por carreteras sin nieve y dañan las cadenas, los neumáticos y el propio coche, además del asfalto.

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Una solución todavía mejor si vives en zonas donde acostumbra a nevar con cierta frecuencia, es cambiar las gomas normales por unas M+S, los famosos 'neumáticos de invierno'. No requieren cadenas y dada su composición, producen un efecto de deshielo que nos permite avanzar con mayor velocidad y precisión que con las cadenas. Eso sí, cuando el calor regresa, es recomendable cambiarlos por unos 'normales' –o de verano- puesto que su durabilidad se ve reducida drásticamente.

3.- HIELO: PRECAUCIÓN MÁXIMA

El hielo es el elemento más peligroso que podemos encontrarnos en invierno. Es importantísimo practicar una conducción defensiva anticipando cualquier problema, así que deja la música y las charlas con los ocupantes para otro momento e intenta levantar la vista lo máximo que puedas para ver qué ocurre cuanto más metros delante de ti, mejor. Es vital anticipar las frenadas lo máximo posible y usar, sobre todo, el freno motor. Debemos de ir en la marcha más corta posible, para retener la velocidad y la dirección también debemos de manejarla con suavidad.

Si tu coche cuenta con tracción integral conéctala puesto que es un auténtico garante –existen modelos que funcionan sólo como tracción delantera y conectan el 4x4 de forma automática y hay otros en los que es el conductor el que debe seleccionar esta modalidad–. Si no es así, procura acelerar de forma progresiva y circular a velocidad muy baja.

Si te encuentras con una placa, no toques el freno porque perderás el control del coche, intenta colocarlo usando sólo la dirección.

4 NIEBLA: SE REDUCE LA VISIBILIDAD

La niebla baja es un obstáculo insalvable para nuestra visibilidad. Aparece al amanecer y, a veces, se prolonga hasta bien entrado el día. Con niebla densa, activa los antinieblas, tanto los traseros como los delanteros, para ver y ser vistos. Reduce la velocidad y colócate en el carril derecho –salvo que tengas que tomar una salida que esté en el izquierdo–. Además, puedes tomar como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada, tal y como recomienda la DGT, para evitar salirte de la misma.

5 VIRULENCIA DEL VIENTO

¿Has sentido la intensidad del aire que desprende un camión cuando lo adelantas? Pues esa sensación se intensifica cuando aparece el viento lateral. Estas rachas son peligrosas porque pueden desestabilizar el coche. En esos casos es importante mantener una velocidad moderada y sujetar el volante con fuerza con las dos manos, especialmente si circulamos por autovía y tenemos que adelantar o ser adelantados. También hay que prestar una atención especial a los vehículos voluminosos, que son los que mayor resistencia al aire ofrecen.

6.- CUIDADO, GRANIZO

Peligroso por los daños que pueden ocasionar al vehículo –rotura de lunas y abollamiento de la chapa–,lo mejor es resguardar el coche cuanto antes si comienza a granizar. Ya sea en el paso de un puente, en una estación de servicio o directamente en un garaje, lo mejor es resguardarse del granizo. Si por circunstancias no te queda más remedio que seguir conduciendo, ralentiza la velocidad al máximo, activa el limpiaparabrisas a su máxima potencia y trata de conducir con la mayor suavidad posible. El firme también estará deslizante.

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7 DE NOCHE, ABRE LOS OJOS

El sistema de iluminación del coche debe funcionar a la perfección en invierno. Comprueba que las luces de posición alumbran correctamente, al igual que las bombillas de los intermitentes y las de freno. Si ves que te duermes porque el calor de la climatización te amuerma, abre la ventana para refrescarte y espabilarte, aunque lo mejor es parar a descansar. En invierno, las noches son más largas y las condiciones de visibilidad suelen ser peores por lo que al conductor se le exige un plus de atención al volante que acarrea mayor cansancio. Es indispensable parar a descansar cada dos horas.

8 EL USO DEL FRENO: SUAVIDAD

En muchas de las situaciones anteriores recomendamos, frenar lo menos posible, porque con asfalto deslizante, el bloqueo de las ruedas supone una pérdida de control total del vehículo. Lo mejor es levantar el pie del acelerador y que sea la inercia del motor la que nos retenga: además de reducir el consumo de combustible, el vehículo irá perdiendo velocidad de forma progresiva. Desde el RACE recomiendan acariciar el pedal del freno cada cierto tiempo para evitar que la humedad se acumule en las pastillas de freno, lo que alargaría la frenada de forma peligrosa.

9 CURVAS: CÓMO TRAZARLAS

Muy sencillo: en las rápidas de autopistas y autovías, apenas hay que variar la velocidad salvo que las circunstancias lo requieran. Cosa bien distinta ocurre en las cerradas, en las que tendremos que frenar antes de abordar el giro, mantener la velocidad en el vértice de la curva y acelerar de forma suave al salir de la misma para no perder tracción.

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10 EN MOTO, ¿QUÉ HACER?

Aún en invierno, las motos son muy empleadas en las ciudades pero su uso puede ser poco recomendable en días determinados. Es imprescindible un buen equipamiento: guantes, botas, un buen mono y un abrigo para protegerse del frío y de la suciedad de la carretera. Es importante revisar la visera del casco, limpiarla o reemplazarla en caso de que esté dañada. En el mismo sentido, el estado de las ruedas ha de ser revisado porque sólo con el dibujo en perfectas condiciones evitaremos el aquaplaning. Es importante mantener una buena visibilidad y anticipar las frenadas aún más que con el coche.