En nuestro imaginario colectivo ha quedado para siempre la silueta del De Lorean DMC-12, nombre completo de la máquina del tiempo inventada por los cineastas Steven Spielberg ('E.T.', 'Las Aventuras de Indiana Jones', 'Parque Jurásico') y Robert Zemeckis ('Forrest Gump', 'Náufrago', 'The Polar Express'). Este mes de octubre, además de celebrarse el 30 aniversario de la admirada saga de Ciencia-Ficción, es la fecha que se eligió en el guión para ambientar el futuro, por lo que es 2015 al año al cual viajan los protagonistas de 'Regreso al Futuro' para descubrir un mundo plagado de coches voladores, aeropatines y ropa que se seca y anuda sola.

Por ello, estas semanas se hablará mucho de la trilogía, cuyo símbolo ha quedado un curioso modelo de coche reconvertido en máquina del tiempo, el DeLorean. Vamos a descubrir su historia, plagada de datos curiosos, asuntos turbios e incluso con actualidad. Así es el protagonista mecánico de los tres films, un modelo con sistema de suspensión independiente en las cuatro ruedas, caja de cambios manual de 5 velocidades y sistema de inyección K-Jetronic de Bosch.

La primera peculiaridad, aparte de su diseño, fue el material que se eligió para su fabricación: plástico. Una decisión que con el tiempo no demostró ser muy rentable, aunque hay que concretar que la carcasa plástica llevaba un revestimiento de acero inoxidable. Cómo no, destacar la apertura de sus puertas tipo 'Alas de Gaviota', un efecto siempre espectacular. Otra curiosidad: había que fijarse a la hora de cambiar neumáticos, pues las ruedas traseras eran más anchas que las delanteras, exactamente 2,5 centímetros. Antes de adentrarnos en los añorados años 80, nos vamos a mediados de la década anterior, no menos peculiar e imaginativa.

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Por aquel entonces comenzó a fraguarse la idea de crear el DeLorean, nombre de su creador, importante ingeniero con gran experiencia acumulada en General Motors. Pero tenía un sueño, quería crear su propio coche, un modelo distinto, lleno de personalidad y con algunas ideas distintas a lo que se hacía en Detroit por entonces. Así se creó la 'DeLorean Motor Company' y así empezó a hacerse realidad el mito.

POR EL CAMINO MÁS DIFÍCIL

El fundador contó con la ayuda Bill Collins, también ingeniero de General Motors, y con el peculiar diseño de un grande en este campo: el carrocero italiano Giorgetto Giugiaro. Artífice de formas tan impactantes como las de los Porsche Tapiro, Maserati Boomerang y el BMW M1, pero también de modelos de serie que ya son iconos, como los Fiat Panda, Lancia Delta y Volkswagen Golf.

Son solo un mínimo ejemplo del largo listado de coches que este carrocero italiano ha dado forma a través de su estudio 'Italdesign'. A éstos hay que sumar el protagonista de este reportaje, en cuyo diseño dio prioridad a las líneas rectas y el estilo de cuña, teniendo que trabajar con plástico y cristal reforzado. Como hemos dicho, materiales un tanto peculiares que no demostraron ser tan resistentes como se esperaba. Todo lo contrario. La personalidad exterior se unió, por otro lado, a una mecánica también discutible.

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El motor era un V6 de 2.849 centímetros cúbicos de origen Peugeot-Renault-Volvo que entregaba unos 140 caballos y le permitía alcanzar los 194 km/h de velocidad máxima. Las prestaciones finales se alejaron de las expectativas pues quería parecerse al Porsche 911 –incluso la disposición del motor fue trasera–, pero el bloque definitivo se alejó bastante lo que prometía el primer prototipo, creado en 1976. Eso sí, ningún otro coche logó realizar un viaje tan largo como el DeLorean, que ha logrado llegar al día de hoy, "el día del futuro"siendo todo un mito.

ESTRELLA DE CINE

La trilogía recaudó 420 millones solo en EE.UU., convirtiéndose en una de las sagas con más seguidores en todo el Mundo. Clubs de fans, eventos anuales, todo tipo de 'merchandising'… Una vez más, Steven Spielberg y sus compañeros de aventuras dieron en el clavo con un producto imaginativo, familiar y lleno de escenas que todos recordamos. Y parte del éxito se debe a la elección del coche, punto que no admitió muchos debates ni discusiones entre guionistas y productores. El DeLorean DMC-12 fue una elección rápida, casi intuitiva.

Nacía así la máquina del tiempo sobre cuatro ruedas más famosa del celuloide, y uno de los iconos ochenteros más reconocibles. Para el rodaje de las tres películas, 'Universal Pictures' y 'Amblin Entertainment' adquirieron 7 unidades. El precio: poco más de 60.000 dólares en total. Además, la compra ha seguido rentabilizándose, ya que tres de ellos se destinaros a los diferentes parques de atracciones de la 'Universal'. Eso sí, uno de esos 7 coches… desapareció. No, no hablamos de un misterio. Basta recordar la escena de la tercera parte en la que un tren 'venido del lejano Oeste' arrolla al coche de McFly haciéndolo añicos. El coche era una de las unidades adquiridas. Para los más avezados, podemos indicar que el modelo, o modelos, que salen en las películas incluyen algunos retoques en la estética con respecto al coche que se vendía, como un embellecedor del Dodge Polara de los años 60.

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Del curioso 'cuadro de mandos-panel del tiempo', el condensador de fluzo y demás virguerías se encargaría 'Industrial Light & Magic', la empresa creada por George Lucas para la ejecución de efectos especiales. Uno de sus trabajos fue crear el mecanismo que ponía las ruedas en 'modo horizontal'… para hacer despegar en la ficción al coche.

¡QUÉ DE PROBLEMAS!

8.583 unidades exactamente. Esta es la cifra que todas las fuentes consultadas nos ofrecen del número de ejemplares fabricados. El trabajo tuvo que paralizarse ante los aún oscuros juicios y demandas que hubo antes del cierre de la compañía. Al parecer, hubo demandas por impago, denuncias por los problemas que daba el modelo, acusaciones de operaciones financieras poco claras… Paradójico si tenemos en cuenta un detalle que pocos saben: el sueño de John Z. DeLorean era crear no solo su propio coche, sino que éste fuese "un automóvil ético".
En cualquier caso, el modelo producido tenía inconvenientes por todas partes: habitáculo demasiado pequeño y estrecho, escasa visibilidad, prestaciones pobres, demasiado peso –1.225 kg–, carrocería delicada, no muy buena maniobrabilidad… Y todo ello poniéndose a la venta con retraso, pues lo que estaba previsto es que la primera unidad de serie saliera de producción en 1979 en Irlanda del Norte, pero hasta 1981 no se lanzó el modelo, dejándose de producir en 1982.

Aunque en este punto hay que añadir que el DeLorean lleva unos cuanto años "regresando del futuro".

EL FUTURO CONTINÚA

Mucha gente desconoce que el sueño sobre ruedas continúa en la actualidad: se puede comprar un moderno DMC-12 tal y como era el modelo original, pieza por pieza literalmente. Esto ha sido posible gracias al empresario Stephen Wynne, que refundó la empresa en 2008 y vende los modelos por unos 57.500 dólares. Y si el cliente lo desea, puede equipar su unidad con faros de xenón, GPS y otras opciones adaptadas… al presente. Puede verse en la web de la nueva DeLorean Motor Company.

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