La llovizna o fase inicial de la lluvia inicial provoca muchos más accidentes de tráfico que un chaparrón, según el informe conjunto del Real Automóvil Club de España (RACE) y del fabricante de neumáticos Goodyear.
Si tenemos en cuenta las estadísticas de siniestralidad de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2010, de los accidentes atribuidos a las condiciones climatológicas adversas (el 14,5% de un total de 85.503), un 68,8% lo fueron inducidos por las condiciones deslizantes en la calzada que provoca esa primera fase de lluvia o llovizna, mientras que un 13,8 % tuvieron su causa en la falta de visibilidad que genera el aguacero.
Así es, sobre todo porque disminuye la adherencia del vehículo con la calzada y aumenta la distancia de frenado, con el consiguiente riesgo de colisión, salida de la calzada o atropello. Durante el año pasado, los accidentes por llovizna se situaron en 4.460, un 15,6% más que los 3.856 de 2009, de los cuales 148 fueron con víctimas mortales (+8,8 %)
En el medio urbano, se contabilizaron 4.079 accidentes por esa lluvia fina en 2010, un 32% más que en 2009, de los cuales 21 fueron con víctimas mortales (+31,2 %). El RACE y Goodyear destacan que el mayor aumento porcentual de este tipo de accidentes se da en las zonas urbanas, ya que se reduce la percepción del riesgo a baja velocidad, por lo que la siniestralidad se concentra en peatones que son inconscientes de la pérdida de efectividad de la frenada en suelos deslizantes por el barrillo que mueve esas primeras gotas.
El RACE recuerda que en la actualidad circulan por las calles y carreteras españolas más de un millón de vehículos con los neumáticos desgastados, según los informes recogidos en el trámite obligatorio de las inspecciones técnicas de vehículos (ITV).
