Nos encantan las carreras de dragsters. A pesar de durar un abrir y cerrar de ojos, posiblemente sean una de las competiciones más espectaculares del mundo del motor. Sin embargo, históricamente, se han ganado una particular fama por los brutales accidentes que se producen en el momento en el que uno de estos vehículos pierde el mínimo control.

En esta ocasión, os traemos uno protagonizado por Daniel Pharris y su Corvette C7. Hasta que se apaga el semáforo, todo parece ir normal pero, tras la fortísima aceleración, el aire se cuela por la parte inferior del chasis y el vehículo despega, literalmente, como si de un avión se tratase, como podemos ver en el vídeo filmando por Urban Hillbilly Videos. Recordemos que estos coches rondan los 4.000 CV -incluso más- de potencia, y pueden acelerar de 0-300 km/h en apenas 4 segundos; una auténtica barbaridad.

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Por suerte, todo quedó en un susto. El coche aterrizó de nuevo sobre el asfalto, sin impactar contra ninguno de los muros laterales, por lo que Pharris pudo salir del vehículo por su propio pie tras recorrer varios metros sin ningún control sobre el coche: “Estoy un poco dolorido, pero listo para volver a subirme. Hice todo lo posible para controlarlo, pero lo perdí. Esto es como montar sobre un toro embravecido, tienes que estar preparado al llevar más de 4.000 CV de potencia”, señaló posteriormente a la publicación Dragzine.