Durante un año, dos científicos de las universidades canadienses de Québec y McGill han recorrido todo tipo de carreteras en un Peugeot 205 descapotable. El objetivo de miles de kilómetros recorridos y observaciones era estudiar el comportamiento de 21 especies de aves en tramos limitados a 20, 50, 90 y 110 kilómetros por hora.

Lo que han descubierto no deja de sorprender y añade aún más campo de estudio en la ornitología: los pájaros adaptan su velocidad de reacción ante un peligro de atropello a los límites legales y no a la velocidad puntual de los automóviles.

Para establecer esta conclusión, los dos investigadores han calculado el tiempo entre que el que el pájaro despega de la calzada cuando se aproxima un vehículo hasta que éste alcanza la posición donde estaba posado el ave. Después de cientos de concienzudas mediciones, constataron que el pájaro no reacciona ante la velocidad real del vehículo, sino que lo hace acostumbrado según la velocidad media de los vehículos que circulan por ese tramo e impuesta por la limitación existente.

Asimismo asocian las intersecciones de las carreteras a bajas velocidades, y por lo tanto como zonas más seguras. En el caso de exceder el límite de velocidad, los pájaros no adaptan su respuesta ante el incremento de peligro.

Ya tenemos pues una nueva y poderosa razón para respetar los límites de velocidad y que no es otra que la importantísima protección de nuestra fauna ornitológica.