“La potencia te da ventaja en las rectas, la ligereza te la da en todas partes” decía Colin Chapman. Bajo esta filosofía nació en 1973 el Caterham Súper 7, uno de los coches más radicales que ha existido y que hoy sigue a la venta. Apenas 600 kilogramos de peso (de media), 3,38 metros de largo y motores (en el caso del mercado español) que van desde los 120 hasta los 240 caballos lo convierten en un auténtico 'juguete' con cuatro ruedas.

Para comprobar cómo se las gasta realmente este deportivo matriculable, Kamui Kobayashi, el nuevo fichaje de la escudería Caterham, se ha puesto al volante de la última versión creada en el siempre delicado circuito de Silverstone.

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Los 310 caballos a 7.700 revoluciones del Seven 620 R han sido suficientes para que el piloto japonés afirme “Para mí, esto es un deportivo puro”, a lo que añadió “La potencia es increíble. Me cuesta creer que cualquiera pueda conducir este coche en la carretera porque es lo más parecido que he visto nunca a un vehículo de carreras”. “Normalmente, con cualquier automóvil nuevo necesito unas cuantas vueltas para hacerme a él; con éste sólo me he sentido cómodo desde la primera curva”, matizó.

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El 620 R reemplazará al Superlight R500, tope de gama actual de Caterham que se animaba con un motor Ford Duratec de dos litros y 263 caballos.