María Seguí ha mostrado su preocupación en la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso, en la que ha dado cuenta de las líneas maestras de su departamento y ha confirmado el anuncio del Ministerio del Interior de rebajar el límite de velocidad en las carreteras convencionales de 100 a 90 kilómetros por hora, así como la puesta en marcha de un límite variable en autopistas y autovías.

En este sentido, ha recalcado que cualquier incremento de la velocidad máxima en las vías de alta capacidad estará condicionado por los costes ambientales, el descenso continuado de la siniestralidad y las condiciones climatológicas específicas del tramo afectado. Ante la reticencia del portavoz socialista, Juan Carlos Corcuera, de modificar estos límites, ya que, en su opinión, "a mayor velocidad, mayor siniestralidad", Seguí ha recalcado que alzarlos "a no más de 130" kilómetros por hora y en tramos perfectamente "identificados"de autovías y autopistas estará condicionada a que la siniestralidad baje y "la situación económica del país mejore".

El posible aumento de la velocidad máxima solo afectará, además, a vehículos ligeros, excluyendo al transporte público y de mercancías. Mientras, el nuevo Reglamento General de Circulación que prepara la DGT, y que su directora confía que esté listo a finales de este año, contemplará también una reducción de los límites de velocidad en determinadas zonas urbanas de los 150.000 kilómetros que conforman este tipo de vías.

El portavoz de CiU, Jordi Jané, ha pedido una flexibilización de esos límites, de forma que queden reducidos en vías convencionales, que "es donde se producen la mayoría de accidentes", y que en autovías y autopistas se tengan en cuenta elementos como la climatología o la peligrosidad de algunos tramos.

Sin embargo, Seguí, que ha alertado de que la cifra de fallecidos en accidente de tráfico en vía interurbana en toda España desde comienzos de año ha bajado el 4 %, pero no en Cataluña, donde ha repuntado el 17 %, la mayor parte en estas vías de alta capacidad. No obstante, ha mostrado su disposición a participar "activamente" en el debate abierto sobre los nuevos peajes, aunque ha advertido del peligro de que una medida de este tipo aumente la circulación de vehículos de las carreteras secundarias, las más peligrosas y en las que se concentran un 80 % de las víctimas mortales.

Seguí ha mostrado su preocupación señalando que las vías que podrán recibir más tráfico son las que concentran el 80 % de los accidentes mortales.

Sobre los controles de velocidad, Seguí ha anunciado que Tráfico está ya trabajando para volver a poner en funcionamiento los 350 radares que están inoperativos por falta de mantenimiento, de los más de 700 que hay instalados en las carreteras. "La intención es optimizar el uso de los radares allá donde la velocidad superior al límite es incuestionablemente un factor de riesgo en la siniestralidad", ha subrayado. En este sentido, ha explicado que sólo el 20 % de los accidentes mortales se producen en los llamados"puntos negros" por lo que ha defendido su ubicación en otros tramos como una herramienta para reducir la velocidad media en el conjunto de la vía y homogeneizar el flujo de tráfico.

Otros indicadores, que quedarán recogidos en el anuario estadístico 2011 de seguridad vial, que no estará listo hasta septiembre, profundizarán en las víctimas no mortales de los accidentes y en las distribuciones porcentuales de las lesiones.

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Jose Carlos Luque

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