La colección está compuesta por una veintena de vehículos y está abierta al público. Como dicen sus propios responsables, es una ‘colección viva’ ya que la mayoría de los vehículos están en perfecto orden de marcha y con cierta asiduidad son requeridos para diferentes funciones, ya sea de representación o de escolta.

Cada uno de estos modelos tiene una historia al menos curiosa y, otros, sorprendente. Los más antiguos formaron parte, como es de suponer, del parque móvil de Franco, como los Rolls-Royce y los modelos americanos de las décadas de los 40 y hasta los 70, además de los imponentes Mercedes Pullman y G4.

Toda esta flota circulaba sin necesidad de matrícula, hasta que poco antes de la muerte de Franco, aproximadamente en 1974, se decide matricular y regularizar. En función de la división a la que en un principio se adjudicaron, unos recibieron matrículas ‘civiles’ y otros placas militares con el distintivo ET del ejército de tierra.Franco recibió el espectacular Mercedes G4 como regalo de Hitler a través del embajador de Alemania en España y, poco después, la Jefatura de Estado adquiere el Mercedes 770 Pullman. Pero como tras la II Guerra Mundial no estaba muy bien visto tener un Mercedes como coche oficial da comienzo la adquisición de vehículos oficiales americanos, sobre todo, por las buenas relaciones que entabla Franco con el presidente de los Estados Unidos. El Generalísimo sentía especial predilección por los vehículos americanos, grandes, cómodos y elegantes. Uno de los primeros modelos que adquirió fue un Packard, además de Buick y sobre todo Cadillac, marca por la que sentía una especial devoción y que utilizó prácticamente hasta su muerte.

LLEGAN LOS AMERICANOS

Todavía quedan varias unidades en el parque de la Guardia Real que pueden verse en las caravanas de grandes actos oficiales, como ocurrió en la boda del Príncipe de Asturias, acontecimiento en el que toda la flota se puso en movimiento. Tradicionalmente eran los vehículos descapotables los que abrían las comitivas, para que el servicio de seguridad tuviera un campo de visión más amplio y pudiera reaccionar con protintud ante cualquier posible amenaza, aunque hoy en día apenas se utilizan los cabrios para esta función.

A finales de los años 40, la Jefatura del Estado decide que el Generalísimo debe contar con un parque movil de alto nivel para actos oficiales y se empiezan a realizar los pedidos ‘caros’ como los tres Rolls-Royce Phantom IV y el Silver Wraith con que actualmente cuenta la Casa Real, todos ellos ‘heredados’ de Franco, ya que desde entonces el Estado español no ha vuelto a comprar ningún vehículo de la exclusiva firma británica. Los cuatro Phantom fueron carrozados por Mulliner y así lo atestiguan las placas que llevan incorporadas en su exquisito y desmedido habitáculo. El Silver Wraith es habitualmente el vehículo de reserva en las comitivas, el llamado ‘coche de respeto’ que circula en último lugar por si se estropea o sufre algún percance el principal.

Vehículos muy curiososEntre la colección custodiada por la Guardia Real en El Pardo se encuentra un peculiar camión-vivienda; un Ford V8 de 1938 convertido en dormitorio personal y despacho. Este Ford formaba parte de un convoy de siete camiones que Francisco Franco utilizó como cuartel general móvil durante la Guerra Civil. Los camiones, casi todos Ford y Chevrolet, fueron carrozados por una empresa fabricante de trenes pero sólo se conserva este Ford. Otro de los automóviles más curiosos de la colección es el Volkswagen Beetle que fue propiedad del rey, preparado por Oettinger y con un motor Porsche de casi 200 caballos de potencia. Tampoco podemos olvidar dentro de los más famosos el Porsche 959, con el que el monarca disfrutó de su afición por conducir realmente rápido durante los años 90.

Motor vehicle, Mode of transport, Automotive design, Vehicle, Land vehicle, Transport, Classic car, Car, Headlamp, Photograph,