Asociaciones ecologistas y agencias de viajes han denunciado al equipo de rodaje de "Mad Max 4: Furia en la carretera". El motivo parece ser que, durante el rodaje en los apocalípticos decorados naturales del parque de Dorob, se abrieron pistas para que los monstruos tuneados del futuro pudieran recrear las habituales escenas de acción e invadieron también el desierto campo a través.

Obligados, como es habitual en los rodajes, a dejar el lugar en las mismas condiciones, los equipos de la productora arrastraron redes por encima de los caminos para borrarlos, arrasando de paso cualquier rastro de vida vegetal o animal. El organismo para la conservación de la costa namibia (Nacoma) ya ha encargado un informe de los posibles daños que se hubiesen producido durante el rodaje de esta cuarta película de la saga, ya de culto en la cinematografía.

Los responsables de la producción, dirigida por el australiano George Miller han desmentido haber infringido daños naturales. El mismo ministerio namibio del Medio Ambiente, que concedió los permisos para el rodaje, ha declarado que esos parajes son totalmente desérticos y no habían sido jamás filmados. Así mismo que sirven habitualmente de lugar de entrenamiento para el ejército nacional y para las fuerzas de la policía.

Como es habitual en sus películas, Mad Max empieza con bronca.

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