El salón del tuning por excelencia nos deja algunas preparaciones delirantes y otras llenas de buen gusto, como es el caso de la que os mostramos. Sobre la base de un Mazda MX-5 el especialista en lonas Haartz y el fabricante de estructuras plegables Magna Car Top Systems han hecho realidad el diseño creado por MNAO Design.

El resultado es que con el techo puesto el Mazda MX-5 resulta todavía más estilizado, sin sacrificar la altura disponible sobre las cabezas. Este MX-5, pintado en color “blanco estratosfera”, esconde bajo el capó un motor 2.0 litros alimentado con “isobutanol”, un biocombustible que añade la inevitable nota verde que cualquier prototipo actual debe lucir. El isobutanol tiene base vegetal y no supone ninguna pérdida de prestaciones, y de hecho en estados Unidos Mazda lo emplea en carreras con muy buenos resultados. Además puede suministrarse empleando las mismas infraestructuras que actualmente distribuyen los combustibles derivados del petróleo.
Otra novedad es el empleo de una batería Ion-litio de carreras, realizada por Braille Battery y que no contiene plomo. Esta batería, más ligera que las convencionales, recarga también con mayor rapidez y tiene un ciclo de vida más largo.

El motor no se ha tocado, pero sí la línea de escape completa, incluido el colector, y realizada por Racing Beat. Las columnas de suspensión cuentan con muelles estrechos (los conocidos como “coil over”) y para los frenos se ha recurrido al especialista italiano Brembo.

¿Porqué no una serie limitada? El Porsche Boxster Spyder–en el que se inspira con todo descaro- es mucho más caro y creo que se ha vendido muy bien…

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