Desde el revolucionario Mazda Cosmo de los sesenta, hasta el RX8 de última generación, pasando por la victoria en las 24 Horas deLe Mans de 1991, la marca de Hiroshima nos ha brindado una larga trayectoria de desarrollo y tecnología rotativa. Este tipo de motor rotativo del tipo Wankel parecía haber terminado definitivamente sus días el pasado año cuando Mazda, única marca en utilizarlo, clausuró su producción.

Pero he aquí que las investigaciones en desarrollo de mecánicas híbridas por parte de Mazda han encontrado en su emblemático motor rotativo un inesperado aliado. Efectivamente, el motor rotativo utilizado como prolongador de autonomía en coches eléctricos reúne unas cuantas e interesantes ventajas. En primer lugar es más compacto y pequeño que un motor de pistones. Vibra menos y puede funcionar en regímenes continuos con un mayor rendimiento como generador de electricidad.

El funcionamiento general de autonomía extendida sería parecido al del prototipo Audi A-1 e-tron o al del comercializado Chevrolet Volt/Opel Ampera. En el caso del todavía hipotético híbrido Mazda, el motor rotativo que alimentaría las baterías aportaría evidentes ventajas sobre el pesado V6 TDI del Audi o del cuatro cilindros de gasolina del Chevrolet/Opel. Estructuralmente, el bloque rotativo puede situarse más abajo en el vehículo, haciendo que el centro de gravedad, siempre crítico en un híbrido a causa de las pesadas baterías, quede más cerca del suelo.