El joven británico que protagoniza la noticia curiosa del día se llama Ross Edgley y acaba de asestar un auténtico touché a nuestros amigos deportistas que no se cansan de hacer postrero en las redes sociales. Lo suyo ha sido simplemente una proeza pues tal y como anunció, ha sido capaz de completar una maratón tirando de un Mini Countryman.
Sí, hablamos de nada menos que 42,2 kilómetros que él mismo definió como "la maratón más dura del mundo" y los ha recorrido en 19 horas y 36 minutos. No eran pocos los que pensaba que en algún momento iba a desfallecer, ni los que creyeron que no lo había logrado después de que la propia Mini anunciara el reto hace unas semanas y no diera noticias todos estos días atrás.
Nada más lejos de la realidad, Edgley cumplió con su palabra tal y como hemos podido ver en su propia cuenta de Twitter –cómo no–. Nada importó que el día saliera lluvioso y con algo de niebla, nuestro protagonista se dirigió hasta el circuito de Silverstone, donde le esperaba el Mini Countryman John Cooper Works que podéis apreciar en las imágenes, sacó su chaleco y su cuerda y se ancló al gancho del frontal del vehículo.
Lo que sucedió después os lo podéis imaginar, el joven estuvo dondo vueltas al circuito arrastrando un coche de 1.470 kilos hasta alcanzar la distancia estipulada para una maratón. Para conseguirlo, el deportista estuvo preparándose durante ocho meses en distintos lugares de Inglaterra, Francia y España, aunque admitió las dificultades para entrenar un reto semejante. Terminó exhausto el reto, pero lo terminó y ahora nos preguntamos: ¿será el último? Apostaríamos a que no.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
