El Doctor Octopus debe de estar preocupado, porque ha perdido uno de sus brazos metálicos. Es una de las impresiones que transmite el vídeo demostrativo del futuro cargador de baterías de Tesla Motors. El fabricante californiano ha construido un ejemplar operativo del invento y, aunque nadie duda de su carácter vanguardista, inquieta a la par que intriga.

Este robot con forma de serpiente, tal y como lo denomina el propio director ejecutivo de la marca, Elon Musk, se ocupará de suministrar energía a sus automóviles eléctricos. El aparato se ha acondicionado de momento para acoplarse a la berlina Model S, el "conejillo de indias" del experimento que nos muestra Tesla en YouTube.

A esta tecnología le quedan meses de maduración, pero Musk tiene claras sus ventajas. El robot contará, por ejemplo, con la capacidad de integrarse en el proceso de recuperación automatizada del vehículo cuando lo reclame su propietario. Ahora mismo, el Model S puede acudir a su llamada a través de la correspondiente aplicación móvil, pero exige que el coche esté desenchufado del punto de carga.

Este ofidio futurista, en cambio, le permitirá despreocuparse de si se ha acordado de quitar la toma de corriente. Él mismo se separará del coche cuando haya acabado la recarga y así se evitarán problemas cuando el conductor desee montarse en él y continuar con su itinerario. Un planteamiento prometedor, si bien Tesla no le ha puesto todavía precio ni calendario de lanzamiento.

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