La nueva generación de modelos de Volvo que ha inaugurado el XC90 2014 establecerá en qué medida la marca consigue progresar en los próximos años. Para impulsar el crecimiento, la calidad debe estar a la altura de esos objetivos y buena parte de ella se atribuye a la conducción. Volvo aspira a que sus futuros lanzamientos ofrezcan unas notables sensaciones de estabilidad y maniobrabilidad y a ello contribuirá haber adquirido uno de los simuladores de chasis más avanzados del mundo.

Esta tecnología, que también emplean Ferrari y Porsche para desarrollar sus automóviles, posibilita calibrar parámetros como el equilibrio del vehículo a altas velocidades y cómo se comportará en función del modo de pilotaje escogido. Además permite a los ingenieros e investigadores recurrir a él en etapas tempranas de la definición de un coche, al concebir los prototipos, por lo que disponen de más tiempo para refinar el manejo.

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"Lo mejor del nuevo simulador es que nos brinda la oportunidad de experimentar físicamente los modelos de cálculo y evaluarlos con la ayuda de conductores humanos de prueba en lugar de analizar gráficos y números en una sala de reuniones", explica Stefan Karlsson, responsable del equipo que decide el tipo de conducción que proporcionarán los futuros automóviles de Volvo.

El vídeo con el que el fabricante sueco demuestra cómo funciona el aparato expone otra de sus características: los entornos virtuales con los que cuenta. La secuencia solamente enseña el circuito alemán de Nürburgring, pero Volvo señala que han instalado igualmente su propia pista de pruebas secreta. La empresa afirma que en ese momento estaban poniendo a prueba el chasis del S90, la berlina de alta gama que sustituirá al S80.

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