Tras unos cuantos kilómetros detrás de un compañero que nos abre camino y que conduce una unidad idéntica a la nuestra (un Exclusive, el tope de gama), llegamos a la conclusión de que el Citroën Grand C4 Picasso ha debido de sufrir una revisión en sus cotas porque visualmente parece más pequeño y ancho. Una vez aparcamos el 'siete plazas' y en rueda de prensa, los responsables de su desarrollo nos lo confirman: el voladizo delantero es 11,1 centímetros menor, la altura se ha reducido tres centímetros y las vías delantera y trasera han crecido 8,2 centímetros y 3,1 centímetros respectivamente, a lo que hay que sumar que el piso del coche se encuentra dos centímetros más cerca del suelo y el motor, otros cinco.

Todo este trabajo no sólo se aprecia en la imagen del coche, más compacta, sino en conducción, en la que se pone de manifiesto lo anterior. A esto se suma una reducción de peso de 100 kilogramos, un coeficiente aerodinámico con mejor penetración y una suspensión en el que se han revisado hasta la colocación de los amortiguadores. Y es que ahora, el Grand C4 Picasso posee una dinámica propia de una berlina. No cabecea, la suspensión tiende a ser rígida (que no incómoda) y la estabilidad en líneas generales es sobresaliente, incluso en las curvas.

La capacidad del maletero con cinco plazas es de 645 litros, 69 más que el anterior

Es en este apartado donde completa la 'jugada' la dirección eléctrica de tacto endurecido, que nos permite guiar el automóvil con más confianza hasta en los giros más cerrados. En este campo y con un volante en el que hay abundancia de botones (de los que a veces nos olvidamos sus funciones), nos llama la atención su radio de giro de 11 metros, así que maniobrar con el Grand C4 Picasso es ahora más rápido y sencillo.

Con el propulsor elegido para la ocasión, el 2.0 BlueHDi de 150 caballos (también hay dos gasolina de 120 y 155 caballos así como dos Diesel de 90 y 115 caballos), el familiar muestra una progresión realmente envidiable, lo que le sirve para poner en aprietos a rivales de la talla de Renault Grand Scénic, VW Touran o Toyota Verso. Con una nueva tecnología que reduce las emisiones –a través de un catalizador y la inyección de urea– y disponible tanto con cambio manual de seis velocidades como uno automático de idéntico número de relaciones (en el que por fin no se nota el tránsito entre las mismas), destaca por una linealidad en aceleración y un consumo muy ajustado (durante nuestras jornadas de pruebas por carreteras secundarias, de montaña y autopista, logramos una media de 5,4 litros a los 100). En aceleración, además, nos llegan muy pocas vibraciones unida a una contenida rumorosidad, algo destacable debido a la 'aspereza' propia de este tipo de bloques.

Tampoco hay que menospreciar el funcionamiento del Start&Stop que, en el caso de la variante manual, detiene la actividad del dos litros por debajo de 20 kilómetros/hora aprovechando mejor la inercia cuando se está en ciudad. Su arranque, además, es de los más rápidos del mercado, por lo que volvemos a iniciar la marcha con unas décimas de segundo en el bolsillo. Para que este mecanismo sea tan efectivo, los ingenieros de la marca francesa se han apoyado en el alternador, frente al motor de arranque que emplea la competencia.

Incorpora aireadores para la tercera fila de asientos, para disfrute de los dos pasajeros de las mismas

Si el rodar de este gran coche nos gusta, más aún es la calidad con la que anteriormente nos ha recibido. Buenos ajustes y materiales de mejor calidad (con plásticos blandos en casi toda la parte superior del salpicadero y las puertas) nos dan la bienvenida en un habitáculo en el que sí, siete pasajeros viajan sin ningún problema. Los asientos de la segunda fila son independientes y se desplazan hasta 15 centímetros en los raíles sobre los que están anclados. Los dos de los extremos son los que nos permiten acceder a la tercera fila, en la que se acomodan dos adultos. El único pero que encontramos en la última parte es que, debido a la posición descentrada que tienen, las piernas quedan en una posición atípica, con la cadera levemente girada.

Land vehicle, Car, Vehicle, Minivan, Car seat, Car seat cover, pinterest

Si de funcionalidad hablamos, esta generación pierde los baúles superiores del salpicadero,aunque mantiene los de las puertas y el central ubicado bajo la consola, sin olvidar los que se encuentran bajo las plazas posteriores, la guantera y la práctica cajonera entre las grandes butacas delanteras, en las que echamos en falta algo más de agarre lateral.

Este insignificante hándicap se compensa con la excelente visibilidad que tenemos hacia delante, con el pilar A dividido en dos, un cristal prolongado hacia atrás y dos pantallas que nos ofrecen información: una de 12 pulgadas que nos sirve de cuadro de mandos y otra inferior de siete pulgadas táctil en la que se agrupan la radio, el climatizador, el navegador y otros parámetros. La vista posterior se ve mermada por unos espejos retrovisores pequeños y una luneta de reducidas dimensiones.

El Citroën Grand C4 Picasso ya está disponible en los concesionarios de la firma con un precio de venta que ronda entre los 1.500 euros y los 2.000 euros superior en igualdad de condiciones respecto a su antecesor, partiendo desde los 20.800 euros. Según nos han comentado desde la propia Citroën, no tendrá campaña de lanzamiento.

Tire, Wheel, Mode of transport, Automotive design, Vehicle, Mountainous landforms, Product, Mountain range, Automotive mirror, Vehicle registration plate,