La nueva generación del Octavia incluye cambios estéticos notorios y adquiere líneas muy similares a las de su hermano pequeño, el Rapid, pero sin duda, lo más interesante es el crecimiento de las cotas, ya que el equipo de diseño ha tenido muy presente el apartado de la amplitud interior a la hora de configurar el vehículo, sin dejarse llevar en exceso por unas líneas demasiado emocionales.

El nuevo Skoda Octavia mide 4,66 metros de largo y 1,81 de ancho, es decir, resulta 9 centímetros más largo y 4,5 más ancho que antes. Eso sí, su carrocería mantiene las cinco puertas del modelo precedente, un detalle fundamental para dar el acceso que se merece a un maletero que también es más capaz: 590 litros, 30 más que el modelo actual y récord absoluto en el segmento.

Por todo ello, el nuevo Octavia sigue fiel a sus principios y sigue cuidando especialmente el aspecto práctico pero sin dejar de lado apartados como las prestaciones o el equipamiento. Así, la nueva plataforma mecánica se ha construido en base a los criterios del grupo Volkswagen logrando aligerar hasta 102 kilos en relación a su predecesor, gracias a los nuevos materiales de construcción. Además, el chasis presenta una distancia entre ejes bastante más amplia –10,8 centímetros extra– lo que promete optimizar el confort a bordo, y lo que es más importante en un coche con este enfoque, la habitabilidad que también ha aumentado.

Cuestión de espacio

En el interior destaca un espacio longitudinal más que suficiente para cinco adultos que además tienen multitud de huecos portaobjetos, si bien los asientos delanteros ofrecen una sujeción mejorable. Al volante la posición es muy equilibrada, con todos los mandos al alcance del conductor. Llama la atención la cantidad de equipamiento disponible, que puede llegar hasta una pantalla táctil de ocho pulgadas con sensor de proximidad. Si el conductor cuenta con todo lo necesario los ocupantes disponen además de buen espacio. Las plazas traseras ofrecen una amplitud buena, sobre todo para las piernas porque la altura es más limitada, pero suficiente para una persona de talla media.

La opción de 110 caballos apodada GreenLine consigue un consumo de récord, con una cifra homologada de solo 3,4 litros y unas emisiones de 89 gramos por kilómetro.

La gama de motores es amplia, con opciones ya disponibles en otros modelos de la marca. En el caso de las variantes de gasolina –todas TSI, turboalimentadas y con inyección directa– se dividen en el 1.2 con potencias de 105 y 140 caballos y un 1.8 de 180. La versión de inicio se carcateriza por su economía de uso para tratarse de un motor de gasolina, gracias a un consumo medio homologado inferior a cinco litros de media. Cuenta con sistema Start&Stop y se puede combinar con el cambio DSG de siete velocidades. Su funcionamiento es muy progresivo y su tacto de conducción muy agradable.

En cuanto a las variantes Diesel hay dos 1.6 TDI de 105, 110 caballos y un 2.0 de 150. En el futuro, tampoco faltarán los deportivos RS tanto gasolina como Diesel y la versión combi 4x4.

En lo referente al equipamiento, en el Skoda Octavia destacan diversos sistemas de asistencia a la conducción muchos de ellos inéditos hasta ahora en un coche de la marca. Algunos son el control de velocidad activo, avisadores de cambio de carril involuntario y de coche en el ángulo muerto, asistente de aparcamiento automático y cambio de luces cortas y largas, entre otros.

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