Con unas medidas de 4,78 metros de largo, 1,78 de alto y 1,85 de ancho el Aria permite albergar hasta siete ocupantes. La habitabilidad es una de las bazas principales del modelo que cuenta además con buenas posibilidades de carga. El maletero, en función de la configuración interior, tiene una capacidad desde los 214 litros –con siete plazas– hasta los 1.777 litros –con dos–.

El Tata Aria solo está disponible con el conocido bloque turbodiésel 2.2 DICOR de 150 caballos ya conocido. Es una motor desarrollado por la propia marca que ofrece un funcionamiento correcto, si bien es algo ruidoso y transmite algunas vibraciones al conductor. Va unido únicamente a un cambio de cinco velocidades que ofrece unos desarrollos largos, con el fin de optimizar el consumo –homologa un registro de 7,2 litros por cada 100 kilómetros–, aunque esta característica penaliza las prestaciones, algo también debido al elevado peso del conjunto –superior a las dos toneladas–. Esta cifra se debe sobre todo a la configuración del chasis de largueros y travesaños, una 'solución' que empleaban los todo terreno 'puros' y que tiene ventajas –robustez– pero también inconvenientes –peso–.

Un poco de todo

La posición al volante del Aria está a medio camino entre un todo terreno y un monovolumen. El conductor va situado bastante alto y al principio cuesta adaptarse, sobre todo debido a la falta de regulación del volante en profundidad, ya que para llegar a los pedales sin tocar con la parte baja del salpicadero necesitamos alejarnos mucho del volante.

En carretera el Aria ofrece un buen confort de marcha. El motor permite viajar a velocidades equilibradas en consonancia con el carácter del vehículo, que busca sobre todo la comodidad de los pasajeros. El tarado de las suspensiones tiende a ello, por lo que si forzamos el ritmo aparecen algunos movimientos en la carrocería. Los fresnos responden bien, pero hay que tener en cuenta el peso del conjunto y las posibilidades de carga del Aria.Por su parte la dirección –electrohidráulica– ofrece un buen tacto, aunque no es muy directa.

Gracias a la carrocería elevada y sistema de tracción –hay versiones 4x2 y 4x4– podemos incluso hacer algunas incursiones por pistas de tierra.

Aunque el Aria carece de reductora, el modo integral tiene un diferencial central. En condiciones de uso normales el vehículo es un tracción trasera, aunque en determinadas circunstancias de uso el reparto de par puede variar entre ambos ejes hasta un 40% delante y un 60% detrás.

En el interior se aprecia un avance con respecto a modelos anteriores de la marca. Los materiales y ajustes han mejorado, al igual que el equipamiento que ahora es más completo. Se incluyen de serie componentes como seis airbags, control de tracción y estabilidad, ABS con regulador electrónico de la frenada, ordenador de viaje, aire acondicionado, etc. La única opción disponible es la pintura metalizada que tiene un precio de 370 euros.

Aunque no existe ninguna promoción especial en el precio final del Aria, Tata ofrece una interesante posibilidad de financiación a través de Cetelem con una cuota fija de 253 euros al mes, sin entrada y sin cuota final extra a un plazo de diez años.

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