En 1949 salió al mercado el primer Beetle Cabrio y ahora, casi dos años después del lanzamiento de la segunda generación del Beetle de la era moderna, llega la variante Cabrio, mucho más lograda en proporciones y estética que su antecesor, como ya ocurrió con el modelo cerrado. Más bajo, más ancho, con el parabrisas más corto y un aire mucho más deportivo, el Beetle Cabrio ya no tiene la estampa de coche casi “de juguete” que lucía su antecesor el New Beetle Cabrio y ahora luce un atractivo estilo, casi agresivo.

La fórmula no ofrece muchas innovaciones más que las ya descritas acerca de su línea y sus nuevas proporciones, además de que el techo, una vez plegado, ya no sobresale tanto de la línea de la carrocería, manteniendo el alerón trasero bajo la luneta posterior. Eso sí, no hay ninguna tapa que oculte la capota una vez plegada y se hace necesario poner la correspondiente funda si queremos que el resultado estético sea perfecto. El tiempo de apertura del techo es de sólo 9,5 segundos (11 segundos para cerrarlo) y puede hacerse a una velocidad de hasta 50 km/h, operación que se realiza de forma completamente automática ya que sólo hay que pulsar un interruptor, sin necesidad de soltar ningún seguro.

La capota textil está disponible en color negro y beis.

Con respecto al modelo cerrado el descapotable pesa 114 kilogramos más, debido a los refuerzos estructurales y los mecanismos de la capota, y pierde 85 litros de maletero hasta quedarse en 225 litros pero siempre con la misma capacidad, independientemente de si el techo está abierto o cerrado. La tapa del maletero ahora es mucho más pequeña (no existe el gran portón del modelo cerrado) y el acceso a la zona de carga es algo más complicado pero suficiente. Las plazas traseras también son algo más pequeñas, en anchura y en espacio longitudinal, pero en este caso por la posición más vertical del respaldo posterior. A pesar de contar con arcos de seguridad automáticos que se despliegan en caso de vuelco, los asientos traseros se pueden abatir por mitades simétricas y así transportar objetos largos. Las medidas de seguridad específicas para el Cabrio se completan con los airbags laterales de cabeza y tórax en las plazas delanteras, ya que no es posible montar airbags de cortina.

La gama de motores está compuesta cinco propulsores, todos con turbo. Los gasolina son un 1.2 TSI de 105 CV, un 1.4 TSI de 160 CV y un 2.0 TSI de 200 CV; los Diesel son el 1.6 TDI de 105 CV y el 2.0 TDI de 140 CV. Todos llevan cambio manual de seis velocidades y pueden llevar el DSG de seis o siete relaciones en función del bloque, con excepción de los de 105 CV, tanto gasolina como Diesel, que sólo pueden ser manuales.

Automotive design, Vehicle, Vehicle door, Automotive exterior, Car, Red, Toy, Hood, Automotive mirror, Fender, pinterest

La suspensión del Beetle Cabrio es la misma del modelo cerrado, es decir, independiente McPherson delante y de eje rígido trasero con las motorizaciones menos potentes, ya que los dos gasolina más poderosos, los de 160 y 200 CV, montan un esquema independiente de paralelogramo deformable, además de incluir el diferencial electrónico XDS. Los técnicos de Volkswagen aseguran que tanto el Beetle como el Beetle Cabrio están realizados sobre la plataforma del Golf 6, pero resulta curioso que en esa generación del Golf no hubo diferencia alguna en la suspensión trasera, fuese cual fuese la motorización, algo que sí ocurre ahora en el Golf 7 con la nueva plataforma modular MQB.

El Beetle Cabrio dstá disponible en tres niveles de acabado, Beetlemania, Design y Sport, además de dos series especiales denominadas 50’s y 70’s con un equipamiento exclusivo y muy completo. Los precios arrancan en los 23.970 del 1.2 TSI de 105 CV. Y como no podía ser de otra forma en este tipo de vehículos se ofrecen muchas posibilidades de personalización que en los próximos meses se ampliarán con nuevos elementos.