La última vez que probamos un compacto tan explosivamente potente, fue cuando nos pusimos al volante del Audi RS3 con su motor de cinco cilindros y 340 caballos. Ahora, el Mercedes A45 AMG consigue superar en veinte caballos esa misma potencia del Audi (que coincide con la del rapidísimo BMW Serie 1 M de seis cilindros), pero en el caso del Mercedes con sólo cuatro cilindros.
Lo primero que nos viene a la mente es el porqué del guarismo 45 asociado a un motor de dos litros de cilindrada. La explicaciones conmemorativa pues el departamento de preparaciones deportivas AMG cumple esos mismos años con el lanzamiento de este espectacular compacto (También con declinación cupé en el CLA 45 AMG).
Para una primera toma de contacto, nos permitimos el lujo de estrenar un nuevo circuito que dará que hablar. El Bilster Berg Drive Resort, dedicado en tierras de la Renania alemana sobre todo a pruebas y al disfrute de la conducción por particulares, ha sido diseñado por el prestigioso especialista Hermann Tilke, asesorado nada menos que por Walter Röhrl.
Al volante no tardamos mucho en darnos cuenta del potencial de este deportivo. Firmemente apoyado sobre las suspensiones rebajadas AMG y propulsado mediante la transmisión total 4Matic, el Clase A 45 AMG sale en la recta como un disparo, clavándonos en el asiento y reduciendo el 0 a 100 km/h en tan sólo 4,6 segundos.
Podemos aprovechar tres modos del cambio de doble embrague AMG Speedshift DCT de siete velocidades, y es en el programa más extremo, el Race Start, en el que conseguiremos sobre circuito los resultados más ajustados frente al cronómetro. El salto entre el Clase A más potente hasta la fecha, el 250, y esta versión AMG es muy considerable, casi parece otro coche. Tanto en lo dinámico como en la respuesta del motor, un cuatro cilindros sin parangón en el mercado. La respuesta es poderosa en cualquier circunstancia y el efecto del turbocompresor mantiene una progresividad muy adecuada para sacarle provecho al tetracilíndrico. Ya sea en un circuito o paseando tranquilamente por la ciudad. Y es que además, este soberbio motor se adjudica un valor de consumo medio de 6,9 litros a los cien kilómetros.
La precisión y agilidad con la que se desenvuelve el A 45 AMG sobre un trazado tan retorcido y vertiginoso con fuertes subidas y bajadas como el del Bilster Berg no deja de sorprender. Y sobre todo porque no es un coche especialmente ligero, con su tonelada y media larga sobre la báscula. Pero el exhaustivo trabajo de ingeniería sobre el nuevo tren delantero, los parámetros de la suspensión deportiva y la adecuada actuación de la electrónica, sitúan lo límites al borde de la competición de turismos. La velocidad y neutralidad en el paso por curva hacen que la adherencia de los neumáticos sea la que marque los límites. Y tanto por frenada como por precisión de reacciones, el Mercedes emana mucha confianza rodando a tope de acelerador.
