Al volante del nuevo SL fabricado con aluminio, la primera impresión no es la de conducir un deportivo de 435 caballos. Con el modo automático de la nueva transmisión Direct Select y con la suspensión regulable ABC en su posición más cómoda, el SL brinda una suavidad de respuesta motor y rodadura equiparable a una berlina de lujo. Y, con la capota cerrada, el aislamiento es asimismo parecido. Abierto y con el deflector trasero desplegado, la sonoridad es algo elevada a partir de cierta velocidad, aunque en ningún momento llega a ser molesta, incluso a partir de 120 kilómetros por hora.

Por dirección y reparto de pesos, el SL ofrece una maniobrabilidad excelente en cualquier tipo de uso, ya sea ciudadano o por carreteras de montaña. Sus sistemas de control electrónico le hacen ser normalmente subvirador, facilitando mucho su condución. Sólo cuando lo llevemos en modo Sport y acelerando con brusquedad sobre asfaltos de poca adherencia, notaremos como su tren trasero se rebela, sorprendiéndonos ya que en la mayoría de las circunstancias no sospechamos que el educado SL pueda mostrar modales bruscos.

El funcionamiento secuencial del cambio y la fenomenal elasticidad del V8, que da su respuesta máxima a partir tan sólo de las 1.800 revoluciones, nos permiten dosificar tan elevada potencia sin problemas. Las aceleraciones, aunque rapidísimas, no son violentas y, por el contrario siempre progresivas. El aligeramiento general del nuevo modelo se nota más en las frenadas y en el paso por curva, situaciones en las que ha venido muy bien el reconocimiento de la construcción de aluminio por parte de Mercedes.

Sin embargo, el SL no nos da la sensación de ultradeportividad que emana de otros rodasteis de similar potencia. Ni por respuestas del poderoso motor ni por las reacciones del chasis, el SL nos obliga a mantener una conducción especialmente rigurosa y vigilante. Algo habrá que dejar para su próxima e ineludible versión AMG.

Sin duda, lo más significativo en esta nueva generación, es que tanto el chasis como la carrocería son de aluminio, lo que le permite rebajar su peso hasta en 140 kilos. De esta manera, la marca asegura que el SL ha ganado en agilidad y deportividad, a la vez que ha logrado reducir sus consumos.

En cambio, en el apartado estético las sorpresas han sido mínimas: un capó algo más alargado, techo duro plegable -con posibilidad de ser acristalado-, y unos faros más grandes y afilados, al estilo de los últimos Mercedes, que han ido adquiriendo un aspecto más deportivo. Por supuesto, éstos incluyen también las obligatorias luces diurnas con tecnología led.

A pesar de su elevada potencia, el nuevo roadster mantiene un comportamiento muy ponderado, evitando con sus controles explosiones de mal genio

En cualquier caso, volviendo al apartado mecánico, la principal novedad del Mercedes SL 2012 es que es más rígido y ligero que antes. De hecho, es el primer Mercedes producido en serie que dispone de una carrocería de aluminio. Ésta tiene un peso de 110 kilos y tan sólo emplea dos materiales más: magnesio -aún más ligero- en la tapa del depósito y acero en los pilares A, por razones de seguridad. Así se explica que el nuevo SL 500 pese 1.785 kilos -125 kilogramos menos que su predecesor- y el SL 350 se quede en 1.685, lo que supone una reducción de 140 kilos respecto al SL de 2008. Y eso que la nueva tiene un tamaño superior. Mide 4,61 metros de largo -50 mm más- y 1,87 de ancho -57 mm extra-, una ganancia pensada para mejorar las cotas interiores.

El chasis del SL ofrece una suspensión totalmente revisada y con dos opciones a elegir por el cliente: el chasis semi-activo de amortiguación regulable y el ABC (Active Body Control) que se ajusta automáticamente a las circunstancias de la conducción y la vía.

Todos los Mercedes SL cuentan con una nueva dirección electromecánica Direct-Steer de dureza variable.

En lo referente a las motorizaciones, el SL dispone de dos nuevos motores, un V6 de 3.5 litros con 306 caballos y un 4.7 V8 biturbo con nada menos que 435. Estos motores estan adscritos a las versiones SL 350 y 500, respectivamente y han reducido el consumo en un 22%, con respecto a los anteriores gracias, sobre todo, al cambio automático 7-G-Tronic Plus que ambos llevan asociado de serie.

El SL 350 acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, por lo que es de tres décimas de segundo más rápido que antes, mientras que el SL 500 lo hace en 4,6 segundos, robándole 8 décimas a su antecesor.

Los precios para el mercado español son los siguientes:

SL 350 - 104.500 euros

SL 500 - 135.000 euros

También podréis disfrutar ya del nuevo SL en este primer vídeo oficial:

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