Los tiempos cambian y las necesidades de los conductores también. Sin embargo, 25 años después del lanzamiento del Peugeot 205, la marca francesa nos sorprende con un 208 que mezcla rasgos trasgresores –importados del concept SR1– con algunos guiños al pasado que recuperan la esencia de su primogénito.

Al 205 lo reemplazó en 1998 el 206 y ambos figuran entre los Peugeot más difundidos de la historia, con más de 5 y 7 millones de unidades despachadas en todo el mundo. Después le llegó el turno al 207, un modelo de gama más alta, más grande, completo y pretencioso que sin embargo no fue tan divulgado como sus antecesores. Esta experiencia ha llegado a la marca del león a plantearse la necesidad de hacer un nuevo coche con menos tamaño, menos peso, menos consumo e incluso un menor coste de producción que le permita medirse de tu a tu con los superventas de su segmento.

Así se explica que el 208 se conforme con 3,98 metros de largo, 1,73 de ancho y 1,46 de alto, cotas todas ellas inferiores a las del 207.

Eso sí, mientras que por fuera es más pequeño y por tanto, manejable, en el interior el equipo de diseño ha logrado un aumento del espacio, ganando cinco centímetros para las rodillas de las plazas traseras. Además su carrocería, tanto en cinco como en tres puertas, es un centímetro más baja pese a lo cual lógicamente la proporción resulta más abombada que en su predecesor, y la aerodinámica presume de un muy buen Cx de 0,29.

En vivo, las diferencias con su antecesor saltan a la vista. Tanto su apariencia externa, como interna, nos hablan de un coche totalmente nuevo y despiertan en nosotros el propio de lo desconocido. Nada más acoplarnos en el puesto de conducción nos damos cuenta de que la cosa va en serio. Subimos el volante al máximo, por encontrarlo demasiado bajo y a tope el asiento buscando 'nuestra postura'. Craso error, el paso de los kilómetros nos demuestra que hay que cambiar la perspectiva a la hora de conducir el 208. Sólo con el volante en una posición más baja logramos una visibilidad perfecta y maniobramos mejor debido a que este es muy pequeño y sus formas son asimétricas. Además, por extraño que parezca, esta posición resulta más natural. Chapeau.

La instrumentación también resulta llamativa, situada un palmo por encima de lo habitual para evitar que el conductor tenga que retirar la vista de la carretera, incorpora nuevos equipamientos inéditos en la categoría como la pantalla central táctil –de serie desde el segundo nivel de acabado– nos permite manejar el equipo multimedia con gran facilidad, debido a que su posición también es intencionadamente cercana. De esta forma nos sentimos algo extraños conduciendo al principio, pero nos acostumbramos con relativa facilidad. Tan sólo en las piernas encontramos menos espacio de lo habitual.

MÁS RÁPIDO

Las primeras curvas nos cogen ya perfectamente situados y valorando la respuesta del motor y el cambio, ambos ya vistos en el 207. Probamos primero el 1.6 VTi de gasolina y 120 caballos y posteriormente, el 1.6 HDi en su variante de 115 caballos. Ambos son los motores más potentes disponibles hasta que este verano se incorpore el 1.6 THP de 156 cv y, sobre todo, hasta que el proyecto Peugeot 208 GTi Concept se materialice. Por cierto, la gama la completan los 1.4 VTi de 94 caballos, 1.4 HDi de 68 y 1.6 e-HDi de 92 caballos, así como los nuevos tricilíndricos gasolina con 1.0 y 1.2 litros de 68 y 92 caballos, respectivamente.

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Pero volvamos a las versiones probadas. El 1.6 VTi convence por suavidad de funcionamiento y elasticidad, pero sólo en la parte alta de la gama de revoluciones demuestra el carácter que se puede esperar de un motor tan potente. Además, en autovía el motor se deja oír demasiado debido a que el cambio es de sólo cinco marchas y sus desarrollos son bastante cortos.Con el Diesel, marchamos más cómodos en autovía, gastamos menos en ciudad y tenemos una respuesta incluso más contundente a medio régimen pero es que éste sí contaba con la caja de seis velocidades.

El 208 presume de haber logrado reducir entre 110 kilos y 173 kilos –según versiones– respecto al 207.

Lo que sí se deja notar tanto el las zonas de montaña como en las curvas rápidas en carretera abierta, es el pequeño tamaño y reducido peso de nuestro protagonista. El chasis, de ajuste bien equilibrado, nos permite tomar curvas con bastante rapidez pero la trasera tiende a insinuarse cuando la adherencia llega a su límite dejando constancia de sus aptitudes 'juguetonas'.

La versión más ligera pesa 1.050 kilos y juntando esto con la buena aerodinámica tenemos como resultado que todos los motores arrojan unas cifras de consumo impensables hace sólo un lustro, cuando apareció su predecesor. Todos los motores Diesel están por debajo de 99 gramos/kilómetro en emisiones de CO2, y la más económica homologa una cifra de 3,4 litros/100 kilómetros. Son cinco opciones HDi, de las cuales cuatro cuentan con el excelente sistema Stop/Start de PSA (e-HDi). En cuanto a las mecánicas de gasolina destaca la llegada de dos nuevos motores de tres cilindros, que cubican 1.0 y 1.2 litros y permiten presumir de una versión súper ahorradora que consume 4,3 litros/100 kilómetr0s y emite sólo 99 gramos/kilómetro.

El Peugeot 208 estará disponible desde el día 16 de abril en tres niveles de acabado distintos: Acces, Active y Allure, así como una serie limitada denominada a 650 unidades denominada Ice Velvet. La horquilla de precios va desde los 11.650 euros a los 22.500 y las previsiones de venta de la marca son ambiciosas: 550.000 unidades anuales.

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