Se acerca el centenario de Citroën –4 de junio de 2019– y desde la casa francesa nos aseguran que este 2019 va a ser apoteósico. Tras las celebraciones que tendrán lugar por todo el planeta, el broche lo pondrá un nuevo modelo "que no dejará a nadie indiferente", palabras textuales de los propios trabajadores.
Se trata de un vehículo que apunta a revolucionario en todos los sentidos, como en su momento lo fueron el 2CV, el CX y el Xantia y precisamente algunos éstos han sido algunos de los protagonistas de nuestra última prueba, en la que hemos podido comprobar en primera persona cómo es Citroën desde sus orígenes. Otros no tan clásicos, como el C6, el renovado C4 Cactus o el C5 Aircross, también acudieron a la cita de modo que hemos conducido todos éstos en un escenario tan particular como las pistas de pruebas del INTA, en Madrid. En el óvalo, para ser más exactos.
CITROËN 11
Recientemente restaurado por su propietario, este 11 era una unidad oficial del Estado. Un coche bastante ligero para lo que transmite su imagen, con cerca de 1.300 kilos en báscula. Su novedad se encontraba en el chasis, ya que apostaba por la tracción delantera, el bastidor monocasco autoportante y la suspensión delantera independiente. En conjunto, el confort de marcha es sobresaliente para un coche de hace casi 80 años. Al respecto, todos los asientos llevan en la banqueta unos muelles que ‘acunan’ a los pasajeros. Un coche que coge los 90 kilómetros/hora sin problemas gracias a sus 57 caballos y cuyo único ‘pero’ se encuentra en el manejo de su caja de cambios de tres marchas, una auténtica proeza dada su complejidad de mandos.
El Citroën 15, el hermano mayor del 11, iba un paso más allá con su motor de seis cilindros. En 1954 montó la primera suspensión trasera hidroneumática de la historia.
CITROËN 2CV
Quizá el Citroën más conocido por sus curiosas formas y por su funcionalidad. Un vehículo capaz de atravesar caminos con soltura apoyado en un peso de poco más de 500 kilos y que, en su momento, era relativamente asequible. Precisamente con esas premisas nació tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la red de caminos en Francia era muy extensa y la de carreteras muy escasa. Para mantener la estabilidad, Citroën trabajó a fondo la idea de ‘bastidores de inercia’ que, como un péndulo en contrafase, intentaba retener las oscilaciones de la carrocería. Y el resultado fue magnífico.
Hoy en día, una unidad de ocasión en relativo buen estado de conservación y mantenimiento ronda los 5.000 euros.
CITROËN CX
La compañía lo define como “un GS a mayor escala y a todos los niveles”. Recibió varios premios y se posicionaba como un vehículo de cierto lujo por imagen y prestaciones. Estrenaba dirección asistida y la asistencia en función de la velocidad ¡y eso que las primeras unidades llegaron en 1974! Hablamos de dos sistemas que hoy en día están extendidos en todos los segmentos. También trasladaba el freno de mano a los dos asientos.
Su interior es prácticamente futurista, con los mandos desperdigados por varios niveles, pero todo con cierta lógica. Digno de estudio en las escuelas de diseño.
Nuestra unidad es un 25 TRD Turbo de 95 caballos, con caja de cambios manual de cinco velocidades.
CITROËN XANTIA ACTIVA
Con este modelo llegó la electrónica. La suspensión del Xantia Activa trabaja constantemente para hacer que la carrocería se mantuviera prácticamente plana en las curvas. Se lograba con dos esferas adicionales sobre la suspensión hidroneumática, con dos gatos hidráulicos que ‘retorcían’ las barras estabilizadores cuando era necesario.
CITROËN C6
Una berlina sorprendente en todos los sentidos. El heredero del DS, con un diseño futurista y cantidad de soluciones interesantes hoy en día como las guanteras con tapas en las puertas o los asientos traseros deslizantes que permitían escamotearse y dejar un espacio de carga relativamente plano. También sobresalía el Head Up Display o un equipo multimedia un poco más evolucionado.
La amortiguación del C6 tenía varias posiciones. Se podía incrementar mediante una posición Sport, que aceleraba la velocidad de reacción de este sistema.
CITROËN C4 CACTUS
Ahora bajo el concepto berlina, el C4 Cactus ha dado un salto adelante en lo que a confort se refiere tras la introducción de unos nuevos amortiguadores con topes hidráulicos, que reducen de forma sensible las inclinaciones de la carrocería.
Éstos, por cierto, vienen de serie independientemente de la motorización y del acabado que se elija.
CITROËN C5 AIRCROSS
El todocamino francés ejemplifica al máximo el concepto de ‘alfombra voladora’ que tanto usa Citroën. Es el más rápido y estable de todos (lógicamente) hasta el punto de que en el anillo ovalado coge velocidades de hasta 160 kilómetros/hora, con una absoluta firmeza.
En las zonas bacheadas, el C5 Aircross no hace falta levantar el pie, permitiendo un elevado grado de confortabilidad en el interior.