Está claro que las berlinas han perdido terreno ante el imparable avance de los SUV en todos los segmentos, pero en Peugeot quieren que el público que no busca conducir más alto, se fije en el nuevo Peugeot 508, reconvertido en un cupé de cinco puertas con un diseño espectacular. Es casi ocho centímetros más corto, 3,5 más bajo y casi tres más ancho que su antecesor lo que cambia completamente su silueta. Otras diferencias importantes es que ahora tiene un gran portón trasero y cuenta con un elegante detalle que da personalidad a esta nueva generación: sus puertas sin marco, con el cristal al aire. El diseño es, sin duda, todo un acierto porque este 508 rezuma personalidad y un aire realmente deportivo.
Por dentro la presentación sigue siendo espectacular, con una evolución del i-cockpit de Peugeot, con un pequeño volante para ver la instrumentación digital por encima de él y no a través del aro. Los diferentes materiales que componen el habitáculo ofrecen un aspecto impecable. En opción puede llevar unos excelentes asientos AGR, certificados por médicos y fisioterapeutas.
A pesar de la menor longitud con respecto a su antecesor el espacio para la piernas no parece haber disminuido pero la sensación que ofrece el interior del 508 no es de amplitud pues la consola central es muy grande, la altura interior, sobre todo en las plazas traseras es escasa, y la superficie acristalada reducida. Como suele ocurrir casi siempre, la plaza central trasera es muy incómoda y casi inutilizable.
La visibilidad hacia atrás también es casi nula a través del retrovisor interior, pero es el peaje a pagar por una silueta cupe. El maletero ofrece 487 litros, un poco más amplio que el anterior y lleva rueda de repuesto de emergencia de serie, algo de agradecer en estos tiempos.
La gama de motores está compuesta por cinco propulsores, dos gasolina PureTech basados en el bloque de 1.6 litros con 180 y 225 caballos y siempre con cambio automático de convertidor de par de ocho relaciones, y tres Diesel BlueHDi de 130, 160 y 180 caballos, el primer con cambio manual o automático y los otros dos con caja de convertidor de par de ocho marchas de serie. Hemos probado los dos gasolina y el Diesel más potente y sin ninguna duda los dos gasolina ofrecen un comportamiento mucho más refinado y silencioso, con una respuesta contundente desde muy bajo régimen. El cambio automático resulta muy agradable en conducción tranquila, pero si se quiere practicar una conducción algo más ágil le falta cierta capacidad de anticipación para reaccionar con rapidez.
La principal diferencia con éstos es que el 508 monta una suspensión trasera independiente multibrazo, en lugar del eje torsional de los dos SUV. Además, en función de los acabados, puede añadir amortiguadores de dureza variable. El tacto general es excelente, con una dirección rápida con menos de 2,5 vueltas de volante, unas reacciones rápidas en apoyo y en general un comportamiento divertido y ágil en todo tipo de carreteras.
El equipamiento tecnológico del nuevo 508 puede ser muy abundante, sin novedades que sean primicia en el mercado. Puede tener un sistema de visión nocturna, aparcamiento automático con control sobre el freno y el acelerador además de la dirección, control de crucero activo y todo lo que ya es habitual en los modelos más recientes en cuanto a ayudas a la conducción. El sistema multimedia utiliza una pantalla táctil de ocho o diez pulgadas en función del acabado.
El Peugeot 508 está al a venta en cinco niveles de acabado Active, Active Business, Allure, GT Line y GT, además de uno temporal denominado First Edition disponible solo con el gasolina más potente. Los precios arrancan en los 30.250 euros del Diesel de 130 caballos y acaban en los 47.200 del First Edition gasolina de 225 caballos.